Fue uno de los primeros grandes centros cívicos religiosos del Eje Neovolcánico, su población probablemente incluía todos los estratos sociales y rasgos culturales que caracterizarán a los altépetl (ciudades-Estado) de la Mesoamérica clásica.
Con su caída, se consolidó Teotihuacán como centro rector del periodo clásico en el Eje Neovolcánico.
[1] De acuerdo con una investigadora del INAH, Zelia Nuttall opina que Cuicuilco significa: “Lugar donde se hacen cantos y danzas”.
Durante el periodo 800-600 a. C. se construyeron estructuras cónico-truncadas con planta circular u ovalada.
Existen opiniones de que el desarrollo del lugar, desde su fundación, es por su posición estratégica, con recursos abundantes y controlando las entradas a los valles de Toluca, Morelos[2] y a la orilla del lago Chalco-Xochimilco.
Hacia 100 d. C., a fines del periodo Preclásico, Cuicuilco llega a adquirir el carácter de un centro regional urbano con una población, como ya se dijo, que se estima en cerca de 20 000 habitantes, comparable con Teotihuacán en esa época (cf.
[2] Por su ubicación, sus pobladores tuvieron acceso a los recursos naturales lacustres (flora y fauna), ya que se encontraban a aproximadamente 4 km del Lago de Xochimilco, y se encontraban cerca de la Sierra del Ajusco (cf.
[3] Se piensa que la dieta consistía principalmente en maíz, fríjol, calabaza, tomate, pescado y animales silvestres.
En los años 50, las investigaciones en Cuicuilco B demostraron que el desarrollo del sitio es producto de una dinámica interna.
Actualmente, la vegetación más particular de la zona son las familias vegetales Abies religiosa, Alnus firmifolia, Quercus centralis y en menor proporción, Arbustus xalapensis.
En el Preclásico Superior, la tradición fue simbolizada por los grupos café rojizo, rojo bayo, técnica negativa y el policromo, los platos trípodes son dos: cuerpo de ave estilizada y hemisférica con soportes de asas o piernas grotescas.
Sólo ha sido posible una investigación arqueológica parcial, construcciones modernas han dañado la ciudad prehistórica.
La tercera zona comprende el área que actualmente ocupa el terreno de Grupo Carso, sobre el cual se encuentran los edificios de Centro Comercial Cuicuilco, Banco Inbursa, y el parque Loreto y Peña Pobre; a esta zona se le denomina “Cuicuilco C”.
Sin embargo, aún hoy no se sabe exactamente cuáles eran los límites físicos del área poblada en Cuicuilco durante su existencia, por lo que las áreas anteriormente mencionadas son una interpretación realizada por los antropólogos en relación con los resultados encontrados en las distintas expediciones.
Existía solamente un camino angosto conocido como la carretera a Cuernavaca (actualmente Avenida de los Insurgentes).
En 1922, Manuel Gamio invitó al antropólogo estadounidense Byron Cummings con el objeto de realizar una investigación formal en la pirámide encontrada.
No fue sino hasta el año de 1966 y con motivo de la construcción de la Villa Olímpica en un terreno cercano a la zona arqueológica que el arqueólogo Roberto Gallegos dirigió una nueva investigación arqueológica en la zona, en ese momento se etiquetó por primera vez la zona poniente del recinto como “Cuicuilco B”.
Muchos de los descubrimientos realizados durante esta investigación fueron simplemente hallados gracias al análisis del escombro arrojado por los tractores.
[8] Con la dirección del arqueólogo Manuel Gándara Vázquez se realizaron tres exploraciones en los alrededores de la zona arqueológica como parte de un programa al que se le denominó “Unidades Habitacionales”.
La penúltima investigación que tuvo lugar en Cuicuilco fue dirigida por el arqueólogo Mario Pérez Campa en el año de 1996.
Actualmente el Instituto Nacional de Antropología e Historia se encarga del mantenimiento y la administración del lugar; el sitio está abierto al público y cuenta con un museo en el que se muestran algunos objetos recuperados en las excavaciones.
Cuicuilco es un sitio que constantemente se ve amenazado por la creciente influencia del desarrollo urbano que ha borrado una gran área de la zona arqueológica, actualmente se encuentra rodeado por importantes avenidas y centros comerciales, que no afectan directamente la conservación de la zona denominada como “ Cuicuilco A”, han propiciado un mayor abandono y desconocimiento del lugar ya que lo han ocultado y restado su importancia ante los residentes y visitantes del lugar.
Actualmente la zona aledaña a Cuicuilco es ampliamente transitada y con un importante impacto comercial, lo que ha restado gran importancia a la zona arqueológica que ha perdido su lugar en la Ciudad de México.
Sin embargo, los trabajos actuales esperan aportar más información que ayuden a conformar y aclaren su historia cultural.