En Uxmal con Alberto Ruz, que dirigía la temporada de campo, con el arquitecto José Erosa Peniche; así como a la Isla de Jaina, Campeche, que dieron origen a varias publicaciones.
En 1949, el arqueólogo regresó a México donde fue comisionado para la exploración del cementerio de Tlatilco, a cargo de Arturo Romano, para entonces, su pasión por la arqueología ya estaba decidido, pero sus estudios no.
Posteriormente, Borbolla le ofreció un trabajo para el cual Piña tenía que titularse.
Como resultado de las investigaciones arqueológicas que realizó en Palenque, Bonampak, Jaina, Edzná, Chichén Itzá, Uxmal y otros sitios de la región maya, así como sus trabajos etnohistóricos, relativos a Quetzalcóatl, Tula y los toltecas, publicó la tesis Historia, arqueología y arte prehispánico (1972).
Piña Chan fue un escritor sobresaliente, y dejó impreso en varios libros, revistas y artículos especializados tanto nacionales como extranjeros el fruto de una larga experiencia.