La iconografía asociada a esta divinidad se estandariza durante los últimos años del Período Preclásico, sin embargo, es probable que su culto sea mucho más antiguo.
Algunos autores como Richard Diehl opinan que la Serpiente Emplumada no tuvo una relevancia especial en el culto olmeca.
Aparece en numerosas representaciones en la cerámica, la pintura y la escultura de la ciudad.
De acuerdo con lo que se sabe a través del Códice Vindobonensis, Nueve Viento ascendió al cielo y recibió de los dioses creadores Uno Ciervo las insignias que lo identifican dentro del panteón mixteco, y luego descendió a la tierra para enseñar a los hombres las bases de la civilización.
Básicamente era una deidad agrícola, relacionada con Dzahui, el dios tutelar de los mixtecos, y además era la figura mítica en la que radicaba la legitimidad de los linajes reinantes en los numerosos ñuu (señoríos) en que estaba dividida La Mixteca.