[4] En 1970 fue víctima de secuestro y homicidio por parte del grupo guerrillero Montoneros, tras lo que la organización denominó un «juicio revolucionario».[6] Cambió de destino al ser nombrado agregado militar en Brasil, entre 1950 y 1951.[14] La tenista María Luisa Beatriz Terán (1918-1984) estaba jugando las finales del Campeonato Abierto de Alemania Occidental.La FIT rechazó la referida petición por improcedente, considerando que existía persecución política y por atentar contra el espíritu del deporte.[16][17][18] El ministro de Comunicaciones de la dictadura, Luis María Ygartúa, hizo intervenir los más importantes periódicos que había controlado el gobierno peronista para «reorientar» su mensaje, colocando en ellos a civiles favorables a la dictadura.El crimen estaba vinculado con la tenencia de las acciones del diario La Razón, que estaba intervenido por la «Libertadora».Peralta Ramos había recibido presiones y extorsiones para que entregara el diario a la dictadura de Aramburu.En materia económica, la dictadura de Aramburu adquirió un nuevo préstamo externo para financiar importaciones desde Europa.Al finalizar la dictadura militar Argentina se encontraba en suspensión de pagos (default), y la deuda externa había crecido.Por orden del gobierno militar fueron fusilados Valle y otros 17 militares, así como unos 15 civiles en lo que el escritor Rodolfo Walsh llamó más tarde la Operación Masacre.En 1957 se convocaron elecciones para una Asamblea Constituyente, en un marco de proscripción del peronismo.Estas elecciones provocaron la división de la Unión Cívica Radical al consolidarse un sector acuerdista con el peronismo, liderado por Arturo Frondizi.Un emisario suyo, el coronel Carlos Salazar, se reunió con el jefe del Ejército, Alejandro Agustín Lanusse, para prevenirlo sobre "los peligros que enfrentaba la República y la necesidad imperiosa de derribar al presidente".[39] Según el historiador Carlos Altamirano: Montoneros consideraba que Aramburu estaba trabajando en una salida institucional contra la decisión de Onganía de perpetuarse en el poder y que su plan implicaba integrar al sector menos combativo del peronismo[41] en tanto ellos consideraban que “debía evitarse a toda costa la integración pacífica del peronismo a los designios de las clases dominantes, y que, por el contrario, la dicotomía peronismo-antiperonismo debía exacerbarse al máximo”.Ante este peligro, la Inteligencia Militar del gobierno de Onganía, buscando confirmar el rumor que había corrido, y tal vez amedrentar a Aramburu, acciona un grupo de jóvenes que le era próximo –Firmenich, Arrostito, Abal Medina, Ramus, entre otros–, para que lo secuestren y se lo entreguen para interrogarlo.[46] En su biografía Aramburu, Rosendo Fraga y Rodolfo Pandolfi citan a un exministro de Aramburu, Carlos Alconada, que responsabiliza por el crimen al ministro del Interior de Onganía, Francisco Imaz.El crimen del siglo, Próspero Germán Fernández Alvariño dice que el secuestro de Aramburu fue cometido por fuerzas paramilitares a las órdenes de Onganía, vía su Ministro del Interior, el general Imaz, que a su vez controlaba la Policía Federal, principal protagonista del operativo.Afirma que según sus investigaciones Aramburu fue asesinado en el mismo Hospital Militar Central de Buenos Aires, y que su cuerpo fue entregado a Horacio Wenceslao Orué, vinculado a los Servicios de Inteligencia del Estado.[48] Para sostener esta elucubración, se afirma que en los libros de visitas del Ministerio del Interior de la época, que presidía el general Francisco Imaz, hay varios asientos que manifiestan la concurrencia de Mario Firmenich a la Casa Rosada, no obstante dichos asientos no están documentados.Y según relata Juan Bautista Yofre: "Firmenich me dijo que lo referido al Ministro Imaz siempre fue un recurso utilizado para sus internas.Nunca hubo contactos, son mitos insostenibles a esta altura de la historia.”[39] El asesinato del general Aramburu causó gran conmoción en la opinión pública de Argentina, la que fue aún mayor entre sus partidarios, y diversos periodistas y escritores emitieron también sus opiniones: "Aun cuando Aramburu hubiese sido responsable de numerosos crímenes, su muerte lo único que hace es añadir otro asesinato a la lista.Rosendo Fraga y Rodolfo Pandolfi, en su libro sobre Aramburu, sostienen que mientras era ministro del Interior, Arturo Mor Roig dijo a la señora de Aramburu que no se podía avanzar en la investigación del asesinato porque se salpicaba al Ejército.
Aramburu con la banda presidencial en el salón blanco de la casa de gobierno.
Isaac Rojas
, que conservo su puesto de vicepresidente (de facto) tras la caída de
Eduardo Lonardi
, saluda al nuevo presidente también de facto, Pedro Eugenio Aramburu. Diario
Clarín
, 14 de noviembre de 1955.
Aramburu en 1963.
Aramburu en 1970. Revista Panorama.
Secuencia de fotos de Pedro Eugenio Aramburu para la revista "Extra", agosto de 1970.
El futuro presidente de facto
Alejandro Agustín Lanusse
despide junto al hijo de Aramburu los restos del teniente general asesinado.