Hasta pocos días antes había sido director del diario radical "La Palabra", publicado entre 1915 y julio de 1918.
El grupo adscribía a la fracción radical del doctor Enrique Mosca y cumplió un papel significativo en su llegada al Ejecutivo provincial en 1920.
Pero esa crisis interna trocó en la oportunidad periodística de ampliar sus contenidos y diversificar su oferta a los lectores.
En el medio santafesino predominaba el tono polémico, se atacaba al enemigo con todas las armas si el embate llegaba a la diatriba.” (Pio Pandolfo)
Frente a El Litoral, en San Martín entre Garay y Corrientes, la gente esperaba las noticias, que se iban anotando en una pizarra.
En un momento sucede algo conmocionante y recordado hasta hoy: Firpo saca del ring a su rival.
Emisor, mensaje y receptor deben estar en sintonía, en una relación que prácticamente se construye día a día, sin modificar los valores esenciales del periódico pero a la vez evolucionando de acuerdo con los cambios de la época.
Construido por Macchi y Mazuchelli especialmente para el diario, se fue agrandando a medida que crecía la empresa.
Era una tarea que llevaba su tiempo, obviamente requería buena letra y causaba no pocas protestas en la Redacción.
Y esa “rareza” implica (aun con las más modernas técnicas) un esfuerzo cotidiano durante 362 días en el año para cubrir información- escribirla-diagramar incluir publicidad-imprimir, con las consabidas reuniones, consultas y rediagramaciones, avisos de último momento, inconvenientes técnicos, búsqueda en archivo, atención al público, etc.
Vale decir en un tiempo mínimo (durante la mañana) se produce la mayor parte de los acontecimientos que deben estar reflejados en el diario unas pocas horas después.
UU., donde habían vivido 10 años una muy buena situación económica y excelentes condiciones para la investigación.
Su marido no quiere apartarse de la investigación, por lo que le otorga un poder amplio para actuar en su nombre.
Ella habla con todos los integrantes de la sociedad, particularmente con el Dr. Bachini (que era codirector y actuaba en nombre de su esposa, Lilia Libertad Caputto) y José Luis Vittori, que estaba alejado del quehacer del diario como ya hemos consignado.
Como resultado en 1964 José Luis es designado adjunto a la dirección del diario y socio gerente de la sociedad editora, y doña Dora también ingresa como gerente, siendo no solo la primera mujer en ese puesto sino la primera persona que ocupa un lugar ejecutivo sin ser familiar directo, en un diario bastante misógino y donde el “ius sanguinis” parecía una ley suprahumana.
(Enrique Miguel Cruz)[3]Relaciones caóticas Por Nestór Vittori “Un episodio doloroso para todos, que fue consecuencia de un movimiento político gremial muy intenso del año ´68.
Eso llevó a que la relación entre la empresa y el gremio gráfico fuera caótica durante un tiempo prolongado.
Era muy difícil porque era un momento muy complicado, con mucha actividad gremial, con una profunda presión del trotkismo, y tomamos la decisión de ser dueños.
Al poco tiempo pasé a redactora y me jubilé como prosecretaria de Redacción.
Yo ya tenía mi título universitario, sabía idiomas, escribía bien -incluso mejor que varios colegas-, pero había un poco de misoginia ambiente.
María Alejandrina Argüelles, Periodista"Me acuerdo que cuando incorporamos las primeras computadoras para usarlas como procesadoras de texto, la tuvimos un año apagadas porque nuestros periodistas no se animaban a soltarse a escribir en las computadoras, le tenían miedo.
(María Alejandrina Arguelles) El teatro es, entre otras posibles definiciones, una expresión de la emoción humana.
En efecto, el teatro no es otra cosa que una proyección del espíritu que se materializa, es la objetivación de un ideal, la materialización del sentimiento, o bien, si se quiere, la espiritualización de la materia; pero es también un mundo cerrado a la multitud indiferente y solamente abierto a quien consiga, con amor, conquistarlo.
Crónicas de la primera época y la memoria colectiva recuerdan los paseos que se llevaban a cabo en la quinta del Dr. Abraham Francioni celebrando cada aniversario o con cualquier otro pretexto.
López Rosas señala, refiriéndose a los primeros tiempos (los años 20 y 30) “(...) las celebraciones íntimas, festejando cualquier cosa, en las fondas del Mercado Central, con sus busecas, asados o pucheros, todos rociados con un entonante carlón y las consabidas palabras de algún escriba locuaz”.
Y el diario tenía un club donde se hacían reuniones cualquier día de la semana.
Estaba en Hernandarias y la avenida Costanera cuando no tenía asfalto, era todo tierra esa zona.
Y eso fue hasta que empezó a centralizarse todo en calle San Martín, se llevaron allí las antenas -habrá sido por los años 60-.
Entonces el diario lo vendió.” (José Mendoza) Con tono semejante los encuentros, las peñas y festejos continuaron mucho tiempo, un poco más civilizados al incorporarse las pocas mujeres que hubo hasta los 80, o mejor dicho de vez en cuando invitaban a las mujeres.
A continuación, sus nombres: “Descubrimos que, en los primeros años de El Litoral, los colaboradores habían sido Borges, Victoria Ocampo y otros grandes autores.