Neógeno

En el Plioceno inferior aparecieron herbívoros de gran tamaño, y con estos llegaron grandes carnívoros especializados.

Las globigerinas, seriamente diezmadas en la Extinción Eocena, se expanden de nuevo en el Mioceno y constituyen unos excelentes fósiles-guía en los medios marinos.

En el Mioceno comprenden 2000 especies, alcanzando una posición ecológica similar a la actual como productores primarios de agua dulce.

Quizás el éxito de ranas y sapos modernos es su gran capacidad para capturar insectos con sus largas lenguas.

Los pájaros del terror se extinguieron, pero sus parientes actuales más cercanos son las chuñas de la familia Cariamidae.

Mientras tanto, Cervidae y Bovidae también se diversificaron durante el Mioceno, aunque el número de especies en estas familias ha disminuido desde entonces.

Los mamíferos carnívoros (que incluían las familias del gato y el perro, aparecidas en el Paleógeno), adquieren su carácter moderno.

El grupo más antiguo incluye los monos del Viejo Mundo que ahora viven en África y Eurasia.

Entre los primates africanos se hallaban los Hominoideos, del tipo Dryopithecus y Proconsul, descendientes de formas oligocenas.

El éxito de plantas herbáceas es el resultado del deterioro climático generalizado que tuvo lugar durante el Oligoceno y Mioceno.

Los sedimentos terciarios afloran ampliamente las cuencas del Tajo y Guadiana rellenando fosas tectónicas limitadas por fallas normales.

Se disponen discordantes sobre el sustrato Neoproterozoico-Paleozoico y sus caracteres litológicos están fuertemente controlados en cada una de ellas, por los materiales del área fuente.

Se configuran las dos grandes cuencas de la meseta (Duero y Tajo), que habían iniciado su estructuración en el período anterior.

Numerosos retazos de pequeñas cuencas (entre la que se incluyen las del norte de Extremadura) parecen prolongar ambas fosas hacia Portugal, convergiendo en la cuenca portuguesa del Tajo que se abre en este período al océano Atlántico.

Las dos grandes cuencas de la meseta muestran una zona central con potentes depósitos evaporíticos y carbonáticos, que indican un drenaje muy deficiente o nulo.

Varios episodios transgresivos hacen penetrar el mar en las zonas deprimidas de Valencia, Cataluña y en el área Penibética.

En la región Sudbética se insinúan taludes y pendientes profundas, mientras el surco oceánico del Sudeste comienza a aproximar sus bordes.

En este período el Macizo Penibético (las llamadas zonas internas de la cordillera Bética) entra en colisión con la plataforma peninsular.

El clima alcanza en este período un máximo relativo de aridez, aunque se registran a menor escala varias oscilaciones en la humedad.

La segunda mitad del período es característica por su sedimentación, actividad geodinámica y cambios biogeográficos, especialmente en el Mediterráneo Occidental.

El aislamiento del Mediterráneo occidental indican que sus conexiones por el sur (Alborán, estrecho Sud-Rifeño) estaban también muy restringidas.

La flora, la fauna y las evaporitas indican que las condiciones áridas predominaban en general, aunque en el Norte estaban muy atenuadas.

Al final del período, numerosos inmigrantes testimonian que un activo intercambio faunístico tuvo lugar en el área entre Asia, África y Europa durante la regresión de la cuenca mediterránea.

La temperatura descendió notablemente, desapareciendo los corales al principio del Plioceno y las floras tropicales a finales de este mismo.

La península ibérica presenta durante el Neógeno fuertes endemismos que han sido la base para definir la Provincia Iberoccitana (península ibérica y sur de Francia) que persistió al menos desde el Eoceno inferior hasta el principio del Pleistoceno.

Cuando el biogeógrafo intenta explicar esta diferenciación no justificada por razones ecológicas o climáticas, debe recurrir a la paleogeografía.

Muchos taxones probablemente inmigrantes se han instalado en la península y en las Baleares a lo largo del Cenozoico.

La fauna autóctona resistió muchas invasiones sin perder sus características diferenciales, e incluso recibió refugiados que subsistieron más tiempo en esta bioprovincia (paleoendemismos).

Diorama representando la fauna del Mioceno .
Evolución del clima en los últimos 65 millones de años en base medidas del isótopo 18 O. El clima en el Mioceno (centro) era más cálido que en la actualidad (derecha) aunque menos que en el Paleógeno (izquierda). A finales del Mioceno y durante el Plioceno el clima se enfrió.
Reconstrucción paleogeográfica del sur de la península ibérica durante el Mioceno previo a la formación del estrecho de Gibraltar . La línea roja indica la costa actual. S=Cuenca de Sorbas , Almería, B=Corredor bético, R=Corredor del Rift . G=Estrecho de Gibraltar, M= Mar Mediterráneo .
Dibujo de Hipparion .