Etimológicamente, su nombre proviene del término dado por las fuentes romanas para referirse a los habitantes de la antigua Cantabria.La cordillera Cantábrica se extiende de este a oeste, casi paralelas al mar Cantábrico, hasta el puerto de Leitariegos, aunque también se extiende hacia el sur entre León y Galicia.El descenso desde la cordillera al sur (a la meseta) es más gradual, y varios ríos grandes, como el Esla o el Pisuerga, nacen aquí y fluyen hacia el sur o el oeste, formando la cuenca del Duero.Los vientos dominantes, de origen oceánico, chocan con la cordillera, ascendiendo y condensándose como resultado del enfriamiento.Debido al efecto barrera se producen abundantes precipitaciones en la vertiente norte cantábrica, de hasta 2000 mm anuales; en Picos hay lugares (exposición N) que llegan a los 2500 mm, y para cuando los vientos descienden hacia la vertiente meridional están ya secos (efecto Foehn), originando un clima más árido.Su última morfología fue generada en la orogenia alpina modelada sobre material sedimentario del Paleozoico y Mesozoico, principalmente.En el piso inferior existen encinares cantábricos de la especie quercus ilex y melojos.Existen pequeños pinares de Pinus sylvestris en Palencia y León, que se reconocen como autóctonos.Entre las diversas especies animales que viven en la zona destaca el oso pardo cantábrico, cuya población supera los 300 ejemplares.[7] También merecen especial mención las poblaciones de rebeco pirenaico (Rupicapra pyrenaica parva), ciervo (Cervus elaphus), corzo (Capreolus capreolus), jabalí (Sus scrofa), lobo ibérico (Canis lupus signatus), nutria (Lutra lutra), marta (Martes martes), tejón (Meles meles), desmán ibérico (Galemys pyrenaicus), urogallo (Tetrao urogallus) y buitre leonado (Gyps fulvus).
Cordillera Cantábrica
nevada en febrero de 2015. Fotografía de
satélite espacial