El Miño recorre sus primeros cuarenta kilómetros por la meseta de Lugo (comarca de Tierra Llana o Terra Chá), penillanura cuya altitud oscila entre los cuatrocientos cincuenta y los seiscientos cincuenta metros sobre el nivel del mar.
El Miño pasa por las localidades de Lugo, Puertomarín, Orense, Ribadavia, Francelos, Tuy, Tomiño y La Guardia, entre otras.
Su cauce en su recorrido por España, así como el de sus principales afluentes, los ríos Sil, Neira, Avia, Barbantiño, Búbal y Arnoya, está regulado por la Confederación hidrográfica del Miño-Sil, que también gestiona la parte española de la cuenca del río Limia.
Los problemas de conservación a que se ve sometida esta zona son: la alta presión urbana, cinegética y pesquera, y la contaminación generada por los residuos urbanos.
También existe una gran variedad de peces, entre los que destaca el salmón (que muestra en este río la distribución límite más al sur de toda Europa) y la lamprea marina (Petromyzon marinus), pescada tradicionalmente en estas aguas.
Su principal afluente, el Sil, aporta un caudal aún mayor que el del propio río en los límites entre las provincias de Lugo y Orense (Peares, 30 km al noreste de Orense).
[5] Cuando los romanos llegaron a la Península pensaban que el Miño era un río «embrujado».