Está situado en la costa atlántica, junto a la desembocadura del río Miño, en el extremo suroeste de la provincia.
Lugar estratégico con abundantes recursos naturales ideal para el asentamiento humano y las fricciones políticas entre estados.
Durante el primer milenio a. C. se consolidó la Edad del Hierro que tendría como manifestación más determinante la cultura castreña.
Después del siglo V llegó la conquista de los suevos que prolongarían el bienestar romano, sin dejar evidencias arqueológicas y documentales.
En la Alta Edad Media por la comarca del Bajo Miño se asentaron comunidades religiosas cristianas en varios cenobios, siendo los primeros referentes administrativos supeditados al obispo de Tuy.
A partir del siglo XII, La Guardia estuvo bajo el resguardo de los monjes cistercienses que se emplazaron en Oya.
Entre sus documentos se da buena cuenta de la próspera vida comercial que tenía la localidad.
La cuestión demográfica será determinante en el siglo XVI con la irrupción de varias pandemias que causarán una pérdida en la población.
Con esta victoria La Guardia perteneció al Reino de Portugal durante tres años.
El día 10 de marzo cruzan el río 600 soldados portugueses al mando del coronel Serpa mientras que las "alarmas" guardesas se ponen bajo las órdenes del capitán Juan de Almeida e Sousa que venía con otros 50 soldados; al llegar al castillo y tras parlamentar el coronel Serpa con el oficial francés este decide arriar la bandera francesa y entregar la posición volviendo a ser izada la bandera española y restituida a Fernando VII.
[4] El siglo XX estuvo marcado por la fractura social que supuso la guerra civil española.
Esta problemática hace que sea un municipio con un censo sin apenas variaciones en muchos años.
Bloque Nacionalista Galego Entre los abundantes restos arqueológicos destaca el castro de Santa Trega.
El segundo conjunto más importante pertenece al Convento de San Benito, fundado en 1558.
Este edificio religioso sufrió una reforma importante en el siglo XVIII realizándose una portada barroca en la puerta norte de la iglesia del convento.
La zona del Bajo Miño está a día de hoy comunicada solamente por carreteras nacionales.