Castro de Santa Tecla

Pertenece a la cultura castreña, el más emblemático y visitado de los castros gallegos.Ante estos descubrimientos la sociedad solicitó una autorización oficial para iniciar excavaciones sistemáticas en el lugar, autorización que fue concedida el 26 de febrero de 1914,[4]​ y en la que se nombró arqueólogo jefe a Ignacio Calvo Rodríguez, del Museo Arqueológico Nacional.Calvo atribuyó al poblado una ocupación desde los inicios de la Edad del Bronce hasta la época romana.Pese a haber sido declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en el año 1931, el yacimiento sufrió en estos años la ampliación del trazado de la carretera de subida y una agresiva reforestación del monte que deterioró gravemente el yacimiento.Las estructuras descubiertas en estas campañas y en las anteriores fueron consolidadas en estos mismos años por un equipo dirigido por Montserrat García Lastra Merino.[9]​ Siguiendo a los autores clásicos como Plinio el Viejo, Pomponio Mela, Appiano, Ptolomeo... el extremo sudoccidental de la actual Galicia estaría poblado por la comunidad de los grovii o grovios, cuya ciudad más importante sería el Castellum Tyde o Tude, la actual Tuy.Con la llegada de los romanos la comunidad se incorporara al complejo sistema comercial marítimo y terrestre del Imperio.Su abandono coincidiría con las reformas administrativas llevadas a cabo por los emperadores de la dinastía Flavia.A pesar de esto el sistema constructivo refleja unas técnicas constructivas muy respetuosas con la tradición castreña (predominio casi absoluto de construcciones circulares frente a las rectangulares) y poco influenciado por la presencia romana (siempre urbanísticamente hablando), si bien estudios más pormenorizados podrán acercarnos más datos sobre esta mayor o menor influencia romana.Si bien estas dimensiones no están debidamente confirmadas y la visión actual que se tiene del yacimiento está supeditada a las sistemáticas empleadas en su estudio arqueológico, el bajo porcentaje de terreno excavado y a los destrozos que tuvieron lugar desde su descubrimiento (carretera, construcciones en la cumbre, reforestación, etc.).Casi todas ellas tienen plantas circulares u ovaladas y son exentas, no compartiendo paredes medianeras salvo contadas excepciones.También son excepción las pocas cabañas con planta rectangular y estas presentan, en su mayoría, esquinas en arco.Restos de pigmentación encontrados indicarían que los recebados estarían tintados con distintos colores.En este castro se han encontrado una gran cantidad de jambas y dinteles monolíticos decorados con formas geométricas, sogueados, entrelazados.Otros elementos, como peanas o los llamados amarraderos,[14]​ presentan decoraciones similares y también representaciones de animales.Este tipo de decoración, según Antonio de la Peña Santos: En relación con el sistema de techado la teoría tradicional que defiende una cobertura con tejado cónico sustentado por un poste central no se encuentra refrendado por los hallazgos arqueológicos, ya que no se ha encontrado el agujero para fijar el poste central y en ese lugar central se acostumbran a encontrarse lareiras para la combustión.Por otro lado si se tiene constatado el uso de materiales vegetales para su cubrición, reforzados por cuerdas tensadas por lajas perforadas (pesas) que colgarían del límite.Estas construcciones se adaptan al terreno con ayuda de pequeños muretes en terrazas que delimitan el espacio.En ocasiones estas aguas se canalizan cara a aljibes excavados en la roca y revestidos con una argamasa impermeabilizadora.Testimonios de esta presencia son los grabados rupestres que dejaron en varias localizaciones del posterior castro.Entre las distintas representaciones que todavía hoy son visibles, representaciones geométricas, destaca la conocida como Laja Sagrada o Laja del Mapa que, situada en la parte alta del monte, está compuesta por varias espirales, círculos concéntricos y trazos lineales más o menos paralelos.Cercana a ésta, entre dos muros que la tapan parcialmente, se encuentra otra roca con grabados similares.En los años en que Ignacio Calvo excavó en Santa Tecla (1914-1923), los hallazgos de estos trabajos comienzan a ser expuestos en un local de La Guardia, germen del museo que años más tarde se abrió en la cima del monte.En el año 1943 la Sociedad Pro-Monte adquirió un edificio en la parte alta del monte que había sido diseñado por el arquitecto Antonio Palacios para su uso como restaurante.
El yacimiento desde la carretera
Vista del barrio septentrional
Construcciones circulares
Cabaña
Cabaña
Objetos encontrados en el castro