Mitología pipil

[2]​[5]​ En los textos indígenas coloniales indígenas de América Central también se refiere al origen tolteca tanto para los pueblos nahuas como para los mayas del grupo quiceano (quiché, cakchiqueles, tzutujiles, rabinales), en donde se identifica a Tula con Chicomóztoc (siete cuevas).A ambos se les ofrecía, después de haber vencido en una guerra o batalla, una fiesta llamada mijtujti; para la cual el Taketzani (tlahtoani en náhuatl, qué los españoles nombraron cacique) le informaba al Tekti (Papa o Sacerdote principal) para que este organizara el mitote, acto seguido el Tewamatini (que predecía la suerte o las predicciones) preguntaba si era a Quetzalcóatl o a Itzqueye a quien ofrecerían el mitote.[1]​[8]​ En su entrevista a los líderes indígenas nicaraos, Francisco de Bobadilla se enteraría que para ellos, el mundo había sido creado por Cipactonal y Tláloc (que es referido con los nombres de Tamagast, que es como se denominaba a los sacerdotes; y Quiateot, Quiauhteotl en náhuatl que significa deidad de la lluvia, aspecto en el que a su vez sería sería hijo de Omeyateyte y Omeyatecigoat, es decir Ometecuhtli y Omecihuatl); que además se adoraba a las deidades Chalchiutlicue (mencionada como Calchitguegue), Oxomogo (Oxomoco), Cinteotl (con el nombre calendarico de Chicoaciagat, Chikwace akat en la actual ortografía del náhuat en El Salvador), Bisteot (Apizteotl, deidad del hambre), Mictanteot (Mictlantecuhtli), Mixcoa (Mixcoatl, adorado como deidad del comercio), y Quetzalcoatl (referido con el nombre calendárico Chiquinaut Hecat, Chiknawi Ehecat); y se invocaba a la deidad Mazat (venado) y Toste (conejo en el dialecto de los nicaraos) para la buena fortuna en la cacería de estos animales.Asimismo, Gonzalo Fernández de Oviedo también mencionaría como deidad a Theotbilche (Teopiltzin o más probablemente Topiltzin).[10]​[12]​ También se han encontrado estructuras ceremoniales con forma redondeada, que podrían ser templos a Ehecatl-Quetzalcoatl, como por ejemplo: la estructura B1-6 (que ya no existe) de Tazumal, la estructura P28 de Cihuatan (ambas del posclásico temprano) y E1-1 en Peñate (también en Chalchuapa, y del posclásico tardío); también se ha especulado sobre que algunas de estas estructuras sean para el sacrificio gladiatorio dedicado a Xipe Totec en la festividad que los mexicas denominaban Tlacaxipehualiztli.Por otro lado, en dichos relatos se menciona que Tunal y Metzti (el sol y luna) eran hermanos, hijos de Tunantzintal (la Tierra) en su aspecto de viejecita (lamatzin, Ilamatecuhtli), que peleaban eternamente.[19]​[20]​[21]​ Es en la religión pipil donde se originarían las leyendas del folclore salvadoreño, tales como: el Cadejo, el Cipitío, la Sihuanaba, el gigante Sisimite, don Norte (Ejekat, Ehecatl), nantzin Papalut, la Chasca, las Managuas (versiones femeninas de los tepewaj), la Cuyancúa, las Sihuapilapa o Suyanpa (sirenas), los tutecus (seres espirituales guardianes de elementos geográficos o de seres vivos que se manifiestan como animales o seres mitológicos), etc; así como cuentos o leyendas de lugares encantados (cuevas, lagos, ríos, cerros, etc) o sobre animales con un trasfondo mítico y simbólico (en los que sobresalen el conejo y el venado; además de los micos, tortugas, serpientes, guajolotes o pavos, coyotes, etc) y narraciones de personas que se convierten en animales (lo que se conoce como nahualismo, y son identificados en los relatos a menudo como brujos debido a la influencia de la cultura occidental).[20]​ A grandes rasgos la mitología se basa alrededor de cuatro conceptos básicos: la fruta del campo que se ha convertido en su carne y su sangre, la tierra de la cual succiona la fruta su fuerza, el agua sin la cual nada crece, y los astros que imperan sobre todas las cosas.[27]​ En la fruta del campo, Schultze Jenna agrupa los relatos en dos secciones: realidad y mitos.Mostrando con estos relatos, como este pilar se encuentra estrechamente vinculado con los otros tres.Luego, en ese mismo grupo de relatos, se nos narra como un anciano arrastra a una persona al fondo del estero, por lo que se ahoga y es enterrado; y años después reaparece vivo contando que en el fondo del estero viven varios ancianos en chozas (en otro aspecto del Tlálocan) con un arbolito (con hojas en el tallo formando una escalera circular, y qué les da la fruta que quieren comer cada día), estos ancianos utilizaban pitos para llamar a los peces y tener seco el paso, y ocupaban a los que se han ahogado como sirvientes; finalmente el hombre que se había ahogado utilizaría en la madrugada uno de los pitos para abrirse camino y abrir la puerta de agua, y salir de ahí.Ambos son vistos como hijos de la madre Tierra, Tunanzintal, en su aspecto de viejecita (lamatzin, es decir Ilamatecuhtli)[45]​ La estación seca o verano (tunalku) se asocia al sol y la estación lluviosa o invierno (shupan) a la luna.El cual, anteriormente se lo mencionó como lograba rescatar a una mujer del Viejo en la montaña; y que también tiene otros dos relatos, en el segundo grupo de narraciones, en los que muestra su astucia ante un coyote y un zorrillo respectivamente.[49]​ Mientras que al sol (al qué referían como tuteku, nuestro padre) le sacrificaban un niño sobre una piedra, su sangre era salpicada al cuadro de la deidad, y la mitad del cuerpo era dado a un sacerdote (a quien tenían como el más viejo) y la otra mitad era enterrada y dejada con un vigilante para que nadie la saquese, todo ello guardando paralelismo con lo mencionado por Diego García de Palacios para los nahuas del actual El Salvador en 1576 y lo mencionado sobre los nicaraos por Gonzalo Fernández de Oviedo en la década de 1540s (esto último en sacrificios a la deidad de la lluvia, Tláloc); también se nos informan que tenían una serpiente (probablemente Quetzalcoatl) a la que sus sacrificios consistían únicamente en cantos y bailes, y en un patio detrás del lugar del baile tenían un cuadro de Tunantzin al cual besaban.[53]​ Aunque en la obra de Schultze Jenna no hay una sección específicamente para este tema, si se llega a ver a lo largo de distintos relatos, empezando por los ancianos (ancestros) qué viven junto al Viejo en la montaña, los que laboran para el Viejo al interior del Volcán de Izalco, y los ahogados que hacen de sirvientes a los ancianos que viven al interior del estero.Primeramente esta el concepto de yulu, corazón o aliento vital, que posee todo ser vivo (ya sea planta, animal o ser humano) e incluso se refiere que la morada subterránea (donde vive el Viejo) también tiene yulu que procede del Viejo en su forma de gran serpiente.
Quetzalcóatl, dios principal de los diferentes pueblos náhuas incluyendo los pipiles.
El maíz, parte fundamental en las culturas de Mesoamérica.