Según el explorador e historiador hondureño, Jesús Aguilar Paz (1895-1974), el Sisimite o Itacayo habita en lo más alto de las montañas hondureñas, más concretamente en las inaccesibles cavernas que en éstas se encuentran.
Existe una leyenda de esa zona en El Salvador, en la cual cuentan los oriundos del lugar, que hace algunas décadas atrás, encontraron una fémur gigante y que quien lo encontró, lo utilizaba como "tranca" para afianzar la puerta de su casa.
Dicho fémur ya no se encuentra en el lugar, la leyenda dice que por parte del Gobierno de El Salvador llegaron por dicho fémur y que se lo llevaron para donarlo al Vaticano.
Cierto o no, lo que si nos consta es que al llegar a la poza del Sisimete, hemos abierto algunas piedras pomas y en las cuales en efecto, encontramos hojas y peces en el interior de las mismas.
Según ella, dio a luz a tres niños-simios, producto de la violación del Sisimite, hasta que un día logra escapar de la cueva y siendo perseguida corrió hasta toparse con un río, el cual ella cruzó nadando, pero el Sisimite se quedó al otro lado del río y alzó a los niños que habían procreado, con la esperanza de hacerla cambiar de opinión, sin embargo la mujer corrió lejos y apenas pudo ver como el Sisimite, molesto, arrojó a sus hijos al río, donde murieron ahogados.