Los pilotos soviéticos apodaron a este helicóptero como "tanque volador" (en ruso: летающий танк, letayushchi tank).
El Hind-A tenía un buen número de problemas: rotación lateral, puntería del armamento y visibilidad limitada para el piloto.
Otra debilidad es la posibilidad de que el rotor principal golpee la cola durante maniobras violentas.
Ciertos militares sostienen que con un cargamento pesado, el Mi-24 precisa despegar como un avión al no poder elevarse verticalmente.
Las primeras versiones tenían una cabina de vuelo triplaza con una cubierta angulosa formada por grandes cristales planos; El Modelo D y las posteriores versiones pasaron a tener la típica cabina biplaza en tándem con una cubierta de "doble burbuja".
Junto con el HAL LCH y el gigantesco Mi-26, son los únicos helicópteros del mundo con cabina presurizada que se han producido en serie.
Polonia El helicóptero fue utilizado intensamente durante la Guerra de Afganistán (1978-1992), principalmente para bombardear a los guerrilleros muyahidines.
Los afganos apodaron al Mi-24 como el "Carro del Diablo" y solían decir «No tememos a los soviéticos.
El Mi-24 fue empleado por el Ejército iraquí durante la larga guerra que libró contra su vecino Irán.
Su armamento pesado fue un factor clave en el severo daño que ejerció a las fuerzas de tierra iraníes.
Como en Afganistán, sin embargo, los Mi-24 eran vulnerables y docenas de ellos fueron derribados o se estrellaron durante diversas operaciones militares.
[cita requerida] Empleado en numerosas guerras en África: Congo, Costa de Marfil, Liberia, Angola, Eritrea, Sudán.
En el conflicto del Cenepa, la fuerza aérea peruana utilizó sus Mi-25 con éxito (muchos de los cuales habían sido adquiridos a Nicaragua y ya habían participado en el conflicto de ese país) para aniquilar las posiciones adversarias que se encontraban en la zona del Alto Cenepa, llegando a perder 1 por el fuego de la artillería antiaérea ecuatoriana.