Segunda guerra chechena

Rusia estableció un gobierno en Chechenia en mayo de 2000 y después de la escalada ofensiva la resistencia chechena continuó infligiendo bajas rusas en toda la región del Cáucaso Norte y desafió el control político ruso sobre Chechenia durante varios años más.

Estos ataques, así como las violaciones generalizadas de derechos humanos cometidas por las fuerzas rusas y separatistas, provocaron la condena internacional.

Poco tiempo antes de las elecciones presidenciales rusas, Borís Yeltsin buscaba la reelección y terminar la guerra como fuese.

El 5 de agosto de 1999, la Brigada Internacional Islámica (BII) (grupo paramilitar “Grupo terrorista” que reivindica la creación de un nuevo país islamista compuesto por Chechenia, Osetia del Norte, Ingusetia, Kabardino-Balkaria, Karacháevo-Cherkesia, Adiguesia, Daguestán pertenecientes a Rusia y Osetia del Sur, perteneciente a Georgia, y cuya capital sería Grozni).

La guerra comenzó el 26 de agosto de 1999, cuando el primer ministro ruso Vladímir Putin ordenó al ejército ocupar las zonas fronterizas para impedir nuevas incursiones chechenas contra Daguestán, mientras comenzaba un demoledor ataque aéreo contra la república rebelde.

En los meses iniciales de la guerra, Rusia se apoyó en un masivo ataque aéreo y terrestre utilizando misiles contra las principales ciudades.

[24]​ Los rebeldes se retiraron a las montañas del sur, desde donde comenzarían una larga guerra de guerrillas contra las tropas rusas y los chechenos promoscovitas.

Los señores de la guerra chechenos, por su parte, también habrían cometido graves crímenes contra los prisioneros y civiles rusos, rehenes (tres rehenes extranjeros fueron decapitados al comienzo de la guerra) y contra sus propios civiles.

Amnistía Internacional, el Consejo de Europa y la Federación Rusa condenaron reiteradamente los actos terroristas que se acabaron con el presidente Ramzan Kadirov.

Este desenlace fue satisfactorio para las fuerzas rusas ya que impidieron la muerte del resto de rehenes, la inmensa mayoría.

En respuesta al frustrado atentado, en diciembre dos camiones bomba destruyeron la sede central del gobierno prorruso en Grozni.

Las autoridades rusas han insistido en que la guerra ha terminado, aunque para países de la OTAN Chechenia sigue sufriendo una situación inestable.

La guerra de Chechenia produjo también reiterados choques diplomáticos entre Rusia y Georgia, país que (según los rusos) habría permitido a los rebeldes chechenos establecer un santuario en su zona fronteriza.

Estas acusaciones aumentaron después de la caída del presidente Eduard Shevardnadze, sustituido por el nacionalista y prooccidental Mijaíl Saakashvili.

Estas tensiones llevaron al gobierno ruso a decretar un embargo económico contra el país caucásico y fomentaron un clima antigeorgiano.

En primer plano, Shamil Basáyev en una imagen de 1995.