Robespierre, que estaba a favor del terror, también intentó limitar sus excesos.
Su abuelo, Maximilien (1694-1762), también había sido miembro del Consejo Supremo de Artois.
La pareja tuvo cuatro hijos más: Charlotte, en 1760, Henriette-Eulalie-Françoise en 1761 y Augustin en 1763.
[7] El abad Proyart, que afirmó haber conocido personalmente al padre de Maximilien, cuenta que, tras haber vivido algún tiempo en Colonia, le habría comunicado su deseo de viajar a Londres y, desde allí, al Caribe.
Esta hipótesis, discutida por Albert Mathiez,[8] es rechazada por Gérard Walter[9] y Auguste Paris.
Mirabeau dijo de él: «Este joven hombre cree en lo que dice: va a llegar lejos».
Gran orador en la Asamblea Constituyente, a la que dirigió unos 150 discursos hasta 1791, se fue perfilando como uno de los líderes del pequeño grupo de extrema izquierda denominado despectivamente por Mirabeau como «Las treinta voces».
Rodeado de personas del origen social parecido, y al volverse cada vez más un club muy restringido, Robespierre fue ganando terreno hasta convertirse en el líder del movimiento en el verano de 1792.
La fuga del rey y su detención en Varennes arruinó las posibilidades de una monarquía constitucional viable.
Los líderes de izquierda temieron por la reacción, Marat pasó a la clandestinidad, Danton a Inglaterra y Robespierre se mantuvo en París, refugiado en la casa de Maurice Duplay, un ebanista que residía en la Rue Saint-Honoré y simpatizante jacobino, lo que reforzó su posición al mantenerse en París y con su club durante esta grave situación.
Formó parte de la Convención Nacional, que se eligió por sufragio universal, y en la que se sentó entre los montañeses, llamados así por tener sus escaños en la parte alta del hemiciclo de la Asamblea Nacional.
Robespierre estaba en contra, convencido de que «nadie quiere a los misioneros armados».
Finalmente, en 1793, Robespierre, apoyado por unas masas populares convenientemente dirigidas, dio un golpe de Estado y desmanteló el grupo girondino, arrestando a todos los dirigentes principales que pudo capturar.
Robespierre jugaba un papel más o menos centrista en el gobierno revolucionario.
[cita requerida] La propuesta republicana de Robespierre asumía los valores de la Ilustración y los desarrollaba políticamente en la práctica, coronándola espiritualmente con la institución del culto al Ser Supremo, en realidad una concesión teísta frente a los sectores más abiertamente antirreligiosos.
Al día siguiente, apareció uno de sus colaboradores más estrechos, Louis de Saint-Just, para presentar un informe del Comité sin haberlo leído antes a los otros miembros del mismo.
Finalmente, después de que el centro le negara su apoyo, Robespierre fue acusado de dictador y detenido junto con otros dos miembros del Comité, Saint-Just y Georges Couthon.
Liberados de la cárcel por la comuna de París, que les prestó apoyo, los robespierristas se refugiaron en el edificio del ayuntamiento, respaldados por un sector del ejército mandado por el general Hanriot.
Al día siguiente, Robespierre fue conducido a la plaza de la Revolución (hoy plaza de la Concordia), en la que más de mil personas habían sido decapitadas durante los meses anteriores, y fue guillotinado junto a veintiún colaboradores, entre los que se encontraban Saint-Just, Couthon y el general Hanriot.