Las minas se convirtieron en un cementerio común a finales del siglo XVIII.
Restos provenientes del cementerio Saint Nicolas des Champs fueron los primeros en ser trasladados.
[4] Las paredes de las catacumbas están cubiertas por grafitis, que datan desde el siglo XVIII en adelante.
Aunque el trabajo se atribuye sobre todo a Suttel y Talairach, dos médicos neurólogos.
Los nodos del mapa son exactos, pero no la escala ni la orientación de las galerías.
Aunque los mapas eran bastante acertados, los resistentes emplearon los túneles del metro y las cloacas, pero no las catacumbas.
Asimismo el osario cuenta con un sector educativo, donde se halla una vitrina en la que observar patologías, enfermedades y deformaciones óseas.