Bruno Ginestà y Empar Coloma militaron en la Federación Comunista Catalano-Balear (FCCB) del Partido Comunista de España (PCE)[7], pero se mantuvieron fieles al PCE cuando ésta abandonó su disciplina.
En 1933 formó parte de la candidatura del Partido Comunista de Cataluña (PCC) —la rama catalana del PCE, creada como tal en 1932— por Barcelona ciudad en las elecciones legislativas de ese año,[8] y, al año siguiente, de la candidatura por Barcelona del PCC en las elecciones municipales —compartió candidatura en ambas elecciones con figuras posteriormente tan relevantes como Lina Odena y con dirigentes del comunismo "ortodoxo" catalán como José del Barrio, Hilario Arlandis o Antonio Sesé—,[9][5] sin resultar elegida en ninguno de los comicios.
Durante el periodo republicano, Marina y su hermano Albert se afiliaron a las juventudes del PCC.
[15] En ella aparecía junto a Ramón Mercader, también militante de las juventudes comunistas y futuro asesino de Trotski, con el que había tenido un breve romance el año anterior, antes de que Mercader fuese encarcelado por su militancia comunista —en aquella época se le consideraba un mujeriego—.
[18] Es en este edificio donde Juan Guzmán tomó la fotografía que dio notoriedad a Marina Ginestà.
Esta se empleó como mecanógrafa del Comité Militar del PSUC —su hermano Albert se unió a la columna Trueba-Del Barrio y partió hacia el frente de Aragón—.
[22][23] Según Ginestà, entrevistada en 2008,[24] el tono de la entrevista fue crítico con Stalin y este hecho habría sido la causa de la muerte de ambos —Durruti murió en circunstancias no aclaradas en noviembre, en Madrid, durante el cerco a la ciudad; Koltsov fue llamado a Moscú en 1937, denunciado durante la Gran Purga en 1938 y ejecutado en 1940—.
[26] Existen discrepancias acerca de si Ginestà entró en combate durante la Guerra Civil o no.
El texto, dedicado simbólicamente a todas las mujeres que combatían contra el fascismo en España, muestra el estupor del autor al encontrarse a cuatro mujeres muy jóvenes combatiendo como sus compañeros varones de la misma edad y mostrándose con la sabiduría de personas maduras.
Se asentó junto con su novio, un joven comisario político, en un pueblo cercano a la frontera francesa.
En el paso de los Pirineos, aún nevados, su novio, herido, no pudo seguir.
[29] Con la muñeca rota, Marina logró llegar a Montpellier, donde recibió tratamiento.
[43] Al ser ocupada Francia por los nazis abandonó Europa con su familia rumbo a México.
Sin embargo, su destino final fue la República Dominicana, en donde vivió con su compañero, Manuel Periáñez, que había sido oficial de milicias del Ejército Republicano durante la guerra —en una brigada mixta, la 181.ª—, y al que conoció en el viaje.
[4] Desde la República Dominicana, Marina y sus padres se trasladaron a Venezuela,[5] a donde su hermano Alberto había emigrado hacía dos años —tanto su hermano como sus padres adquirieron la nacionalidad venezolana y permanecieron en el país sudamericano hasta su muerte—.
[47] En 1951 se casó con un diplomático belga, Charles o Carl Werck, con el que vivió en Bruselas y desde 1953 en La Haya;[45] tuvieron una hija en 1954, Isabelle.
Entre 1972 y 1976, Charles Werck fue cónsul general de Bélgica en Barcelona, durante la agonía del régimen franquista.
Allí se estableció un centro de reclutamiento y posteriormente la sede del PSUC.
[18] Tal como narró Ginestà en una entrevista con TVE, durante los primeros días, los nuevos ocupantes del edificio vivieron «de una manera burguesa» en el hotel hasta que se acabaron las provisiones.
Hasta dicho hotel acudió Hans Gutmann, un fotógrafo comunista alemán que había llegado a Barcelona para cubrir la Olimpiada Popular[50] y que había castellanizado su nombre a Juan Guzmán.
[18] En la instantánea Ginestà aparecía con el pelo corto, mono de miliciano, fusil al hombro y mirada desafiante.
[53] También contó como durante la guerra se encontraban viviendo una especie de mundo dual: «Por un lado, nos cautivaba la Unión Soviética [..] Pero, por otro, éramos jóvenes en una ciudad entonces bastante moderna como Barcelona, cautivados por el Hollwyood de ese nuevo mundo del cine.
Desde Greta Garbo y Jean Harlow, personalmente me quedé fascinada con Gary Cooper.
Al lado de personalidades relevantes, como Koltsov, Ludwig Renn, el Campesino, Durruti o Líster, también fotografió a personajes anónimos, a los que habitualmente Guzmán no ponía nombre.
En 2002 se utilizó para ilustrar la portada del libro Trece rosas rojas, escrito por el periodista Carlos López Fonseca, en el que narraba los últimos días de las Trece Rosas.