Como loza blanca del Norte puede agruparse la alfarería popular esmaltada en blanco producida en diversas zonas geográficas de Cantabria, País Vasco, Navarra, La Rioja, Pirineos y el Sur de Francia.
Se ha documentado asimismo, entre los siglos décimo y duodécimo, la técnica específica estannífera que da como resultado el característico vidriado blanco.
Por su parte, el azul, muy habitual en la producción de Eguileta, Erenchun, Elburgo y Vitoria, probablemente llegó a los alfares del Norte remontando el valle del río Ebro, desarrollado por los artesanos moriscos de Aragón y La Rioja, tras ser introducido en la cerámica andalusí en el siglo XIII.
[2] Con este sonoro título se conoce, solo por referencias documentales,[nota 4] la producción de loza blanca registrada en el Valle del Pas, sin que se haya descubierto el emplazamiento de sus alfares.
Seseña anota que los Heppe fabricaron también juguetes, palomas de engaño y loza ordinaria.