Cerámica de Talavera de la Reina

Usada por nobles y humildes, su monopolio mercantil en pugna constante con la loza sevillana, se vio desplazado a finales del siglo XVIII por la emergente fábrica de Alcora; en ese momento histórico se localiza uno de los primeros cambios en sus series decorativas originales.Cambios que reforzarían las series tricolores producidas por otro alfar emergente a mediados del siglo XIX: "La Menora".Serie menor tan antigua como específica, decorada en azul y mostrando en muchas piezas la Cruz de Santiago.[nota 4]​ De claro origen renacentista italiano, aunque traída a la península ibérica por artistas flamencos como Jan Floris.Serie culta en azul y amarillo, fabricada en el último cuarto del siglo XVI y también llamada de los herrajes, por estar sus piezas decoradas con motivos tomados de la artesanía del hierro.Así llamada por decorar sus piezas en azul tendido, manganeso (lila negruzco usado para trazar el dibujo) y naranja (este color con una apariencia "rayada"), policromía de origen italiano.Suponen un regreso al manierismo tardobarroco y reproducen escenas muy diversas, no solo las tópicas, más famosas, de caza o animales aislados, arboledas, etc.[21]​ Esta riqueza y profusión decorativas han dado lugar a una división en subseries: Llamada así por representarse en las piezas que la componen un arbolillo que en alfarería se denomina chaparro, junto a un río con un puente.Un diseño original creado en Alcora en la segunda mitad del siglo XVIII por un tal "Álvaro" (1749-1798).[23]​ Se conservan piezas con este motivo tan dispares como: platos, cuencos, orzas, jarros, botes (albarelos), tablillas y tiestos.[24]​[25]​ Los rediseñadores de Talavera popularizaron y diversificaron un pequeño ramillete vegetal típicamente alcoreño, en ocasiones repetido sobre toda la pieza (platos, fuentes, etc.), modificando incluso su delicada policromía característica.El modelo talaverano, más minucioso, tiende a agrandar las flores de la guirnalda y colorearlas.En el siglo XIX, este tema vegetal se sustituyó por los llamados pabellones, onduladas cortinas que penden alrededor de cada pieza.Se llama así por las hojas plumeadas, parecidas a la cola del gallo.Del penacho central surgen otras "hojas-plumas" más pequeñas y algunas florecillas.[nota 6]​ Investigadores como Martínez Caviró, Pleguezuelo y Sánchez Pacheco propusieron como lozas relacionadas con Talavera y El Puente del Arzobispo la serie, básicamente de platos, decorada en cobalto (con ocasionales pinceladas de amarillo), que incluye en la temática pequeños animales como tortugas, caracoles, lagartijas, etc. Se trata de piezas datadas a comienzos del siglo XVII.Su personal decoración italiana aparecen en salvillas, especieros, fuentes circulares y piletas.[27]​ Las series de loza española talaverana están bien representadas, entre otras instituciones, en los siguientes museos y colecciones privadas: Las series más antiguas (palma, roleos, espirales, Santiago) reciben, aunque ya en el siglo XVI, un claro influjo de la estética mudéjar, que al final de ese siglo se funden con los primeros ecos del renacentistas italianos.
Detalle del "jarro frailero" con el escudo obispal en San Hugo en el refectorio de los Cartujos , óleo de Zurbarán hacia 1635 (262 x 307 cm), Museo de Bellas Artes , Sevilla
Plato con decoración popular típica
Mateo Cerezo el joven : Natureza muerta con carne (1664). En el ángulo superior izquierdo, un jarro de Santiago
Serie tricolor. Detalle de animal fantástico en plato de cerámica de Talavera, Museo Nacional de Artes Decorativas , Madrid
Bodegón con cerezas, ciruelas, queso y jarra (hacia 1760) de Luis Egidio Meléndez , en el Museo del Prado . A la izquierda loza esmaltada con la rosa típica de la serie de la adormidera
Continuidad de las series azules en cacharrería mixta