Es obra del arquitecto municipal Joaquín Rucoba, quien lo diseñó con un estilo ecléctico.
La primera se levantó frente a la iglesia de San Antón en 1535.
[3] Sin embargo, el proceso de industrialización que se llevó a cabo en Bilbao en la segunda mitad del siglo XIX hizo que la ciudad deba dotarse de nuevas infraestructuras.
[4] Las obras comenzaron en 1883 y no acabaron hasta nueve años después.
[7] Para el exterior, ricamente ornamentado, el arquitecto Rucoba se inspiró en la arquitectura pública de la III República francesa.
La ornamentación de estos espacios también responde al eclecticismo, dado que el salón de recepciones responde al neoárabe, mientras que los otros dos son propios del neorrenacimiento.
Se optó por este sitio, mucho más alto que el balcón principal, para «evitar posibles sabotajes».