El proyecto corrió a cargo del arquitecto aragonés Silvestre Pérez y se le conoció como ensanche Puerto de La Paz.
En cualquier caso, los planes quedaron paralizados por las sucesivas guerras que enfrentaron a España con Francia a finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX.
La edificación del ensanche de Abando fue un proceso que se dilató durante décadas.
Con su construcción, Bilbao «saltó» definitivamente a la margen izquierda de la ría y se desarrolló lo que actualmente se considera el centro de la ciudad.
Pero el ensanche de 1876 pronto se quedó pequeño y ya en 1896 el ayuntamiento de Bilbao encargó al arquitecto municipal Enrique Epalza un nuevo plan para la ampliación del mismo.