[Nota 1] Se desarrolla en Al-Ándalus durante el emirato independiente y sobre todo en el califato (siglo X).
La ciudad palatina de Medina Azahara, en Córdoba, se considera su principal foco.
La cerámica verde y manganeso juega con tres colores que en la cultura islámica son encarnaciones cromáticas de un simbolismo político-religioso: Trasladado a la dinastía Omeya, ese juego cromático sintetizará su plenitud político-cultural: Documentada por primera vez en el siglo IX, con ejemplos de los yacimientos de Samarra, Susa y Siraf, la técnica verde y manganeso se expandió con rapidez.
Los primeros alfares con vestigios arqueológicos se sitúan en Priego de Córdoba, Murcia, Valencia, Zaragoza y Balaguer.
Inicialmente su decoración aborda temas caballerescos y desarrolla luego una iconografía típica mudéjar: pavos y damas, quimeras..., diluyéndose finalmente en motivos a base de microelementos decorativos que le dan esa apariencia abigarrada.