Esgrafiado, en alfarería, es una técnica decorativa de grabado que consiste en dibujar con algún tipo de punzón líneas, motivos o formas, rayando con impresiones o incisiones de grosor variable el barro, pasta o materia cerámica, cuando la pasta está aún tierna o rascando una vez seca o cocida.
[3] A partir de un recurso sencillo y elemental como es la incisión en diferentes zonas de una vasija con exclusiva intención decorativa, los alfareros, desde periodos ancestrales, han desarrollado técnicas muy similares valiéndose de sus uñas o de utensilios de su entorno doméstico o geográfico; a los primitivos huesos afilados, cañas rotas y todo tipo de palillos, les sucederían o complementarían los peines, espátulas o pequeñas ruedas.
[3] Otra aplicación de esta técnica, más cercana a la "incisión", cuando se realiza antes del esmaltado, es el llamado "esgrafinado bajo cubierta".
[5][6] Tras los ya citados referentes de las cerámicas campaniforme y cardial, y una modesta presencia en la Hispania Romana, el esgrafiado alcanza uno de sus más vistosos periodos con la cultura musulmana en la península ibérica; con diferentes ejemplos en la cerámica verde y manganeso,[nota 1] la loza decorada y la obra alfarera del arte almorávide.
[7][8][9] Los manuales de los principales especialistas en estudios cerámicos relacionados con la península ibérica coinciden en observar que las técnicas de esgrafiado han sido recurso común en todas sus alfarerías, y todavía se utilizan en algunas regiones.