Loza decorada
Puede considerarse que tuvo su evolución natural en los diversos procesos cerámicos de la llamada ‘loza fina’.La habilidad del artesano acabaría convirtiendo los primitivos ajuares domésticos de basta factura en hermosas piezas cerámicas decoradas con bellas e imaginativas composiciones.La vajilla doméstica se desarrolló en el lejano Oriente con la proverbial fantasía y su máxima expresión fue la porcelana.[1] Pero antes, la loza decorada dio a luz hermosos trabajos en la gran cuenca del Mediterráneo: Etruria, Roma, Grecia, Asia Menor y el Norte de África.[Nota 2] En los reinos cristianos, tanto las técnicas como el uso en la mesa, llegarían hasta la segunda mitad del siglo xiii.Las lozas valencianas pintadas o de "estilo malagueño", y también doradas (opus aureum et pictum) están documentadas en el primer cuarto del siglo xiv (1325).Aún tardó en formarse la de todos los oficios cerámicos, incluyendo específicamente a los blanquers o escudilleros (1459), que finalmente se escindirían en 1531.