El barro suele estar cocido en un horno entre los 1000 °C y 1100 °C.
Los diccionarios proponen la procedencia del término a partir de «aula» o «aulla» (voces del latín arcaico) y estos del griego «χύτρα» (chytra), términos que denominaban un tipo de vasija globular, usada para cocinar.
[5] Vasijas similares son identificables —con sus respectivos nombres vernáculos— en prácticamente todas las culturas del mundo en los cinco continentes.
[6] En algunos países del ámbito Mediterráneo el término olla se usa también, indistintamente, para denominar a algunos platos cocinados en este recipiente como la olla podrida de origen medieval.
[7] En el campo de la arqueología clásica y siguiendo la pauta del modelo habitual en la cerámica romana antigua, la olla es un recipiente distinguido por su "vientre" redondeado, provisto de pequeñas asas.