En general, los investigadores coinciden en aceptar que los alfareros de la zona comenzaron a producir loza dorada en el primer cuarto del siglo XIV.
[4] Aquella loza de Manises con reflejos en tonos dorados y azules se impuso en toda Europa hasta fines del siglo XVI.
También los papas Calixto III y Alejandro VI incorporaron esta producción a las salas del Vaticano.
Además de la histórica vajilla hispano-morisca de reflejo metálico, Manises ha producido alfarería plumbífera con el típico vidriado amarillo con manchas verdes, muy popular en toda España.
[2] También ha sido habitual en los alfares manisienses la cacharrería rojiza vidriada basta u ordinaria, conocida como obra «aspra» para diferenciarla de la loza polícroma.