Villarreal, transcrito en ocasiones como Villa Real (1463) o Villa-Real (1742), ha sido el nombre común de esta localidad desde su fundación como villa en el siglo XIV hasta las últimas décadas del siglo XX.
Esto se realizó para evitar que existieran otras localidades con la misma denominación oficial en España.
Entre los nombres que en 1979 Euskaltzaindia propuso como forma normativa de denominar a la localidad en euskera se encontraba Bilerle.
El topónimo cayó en desuso, pero ha sido recuperado en tiempos modernos y actualmente una variante suya, Legutio, es el nombre oficial del municipio.
[4] De haberse seguido utilizando el topónimo Legutiano de forma habitual cabe pensar que al hablar en euskera hubiera proseguido evolucionando como Legutiano -> Legutiao ->Legutio; ya que la pérdida intervocálica de la «n» es un fenómeno que se ha producido en innumerables topónimos vascos durante los últimos siglos.
En 1371 el rey Enrique II otorgó la villa como señorío a Juan de Abendaño, noble vizcaíno que le había apoyado en la primera guerra civil castellana y ballestero mayor del reino.
Los primeros se produjeron durante las guerras carlistas, en las que fue una posición muy codiciada, al ser considerada la «llave de Vitoria».
En 1875, durante el verano, Villarreal sufrirá duras acciones y grandes incendios por parte de los liberales.
La batalla de Villarreal fue la única ofensiva que realizó el Euzko Gudarostea (Ejército Vasco) durante la guerra civil.
A mediados del siglo XIX el municipio contaba con una población estable de 2000 habitantes.
La población no se recuperaría nunca del impacto que supuso dicha guerra ya que siguió descendiendo aunque se estabilizó en torno a los 1400 habitantes entre 1887 y 1910.
En la década de 1910 se produjo otro importante descenso de población (-13 %) debido a la emigración a Vitoria y a los centros industriales guipuzcoanos y vizcaínos y el municipio siguió perdiendo población (aunque de manera más pausada) hasta la guerra civil española.
El impacto del último conflicto bélico había hecho descender la población hasta cerca de 1000 habitantes.
Ese periodo supuso la mayor inmigración de población que ha sufrido el municipio en su historia moderna.
Con la crisis industrial de los años 70 ese crecimiento se para y en los años 80 se produce un crecimiento negativo al emigrar la población al cercano núcleo urbano de la Vitoria y descender la natalidad.
Este polígono ocupa el espacio situado entre los pueblos de Gojáin, Urbina, Urrúnaga, Betolaza y Luco.
En las últimas décadas se instalaron bastantes empresas procedentes de Vitoria o del Alto Deva, que buscaron en este municipio expandir sus instalaciones aprovechando su situación estratégica y el espacio disponible.
Las restantes opciones políticas que se presentaron no tuvieron ningún representante.