La Prensa (diario de Buenos Aires)

La edificación de la residencia familiar, el Palacio Paz, fue la más grande y lujosa en la Buenos Aires.

Luego del derrocamiento del presidente Juan Domingo Perón, fue restituido pero perdió el peso casi excluyente que tenía, debido a la pérdida de los avisos clasificados, que fueron "heredados" por el diario Clarín.

Durante su gestión, La Prensa se redujo a su mínima expresión y entró en convocatoria de acreedores en 1991.

Su fundador, José C. Paz, se ocupó en persona de vigilar la redacción y la impresión.

El segundo símbolo representativo de La Prensa es su sirena, famosa por sonar para anunciar los acontecimientos más importantes.

Ezequiel Paz hizo que el diario fuera por lejos el más importante del país, dejando muy atrás a La Nación,[2]​ contando con corresponsales en todo el territorio argentino, además de países de Sudamérica, Estados Unidos y Europa.

La reforma electoral llevó a un cambio político mayúsculo y, en 1916, luego de casi cuatro décadas de monopolio del poder político, el Partido Autonomista Nacional entregó el poder al primer presidente electo a través del nuevo sistema, el radical Hipólito Yrigoyen.

La Prensa adoptó desde el principio una postura opositora al yrigoyenismo y a las reglas electorales democráticas aprobadas en 1912.

En 1947 Perón nombró a Bazán como subjefe de la Policía Federal y, más adelante, cónsul general en Estocolmo.

Desde un inicio La Prensa asumió una posición antiperonista que lo enfrentó al gobierno y a los sindicatos.

El líder militar contestó a su vez con un documento titulado el Libro Azul y Blanco, en el que refutaba las inexactitudes históricas del documento[18]​ estadounidense y denunciaba que había sido escrito por el exembajador Spruille Braden y el misterioso diplomático español comunista Gustavo Durán, y lanzó como lema de su campaña electoral la consigna Una vez realizados los comicios presidenciales, La Prensa no dio a conocer la noticia de que Perón había resultado elegido presidente.

[6]​ Al transmitirse el poder, el diario realizó la crónica del hecho sin mencionar ninguna vez a Perón.

[20]​ El sindicato dispuso una huelga durante la cual no vendían el diario, exigiendo que los canillitas recibieran una participación sobre los ingresos por avisos clasificados.

[25]​[26]​ Según Javier Llorens la expropiación benefició al diario Clarín -en ese entonces, un diario menor-, que gracias a esa medida se quedó con los avisos clasificados de La Prensa para iniciar el camino que lo llevaría a convertirse en el grupo mediático más poderoso de Argentina.

Al respecto, Alberto Gainza Paz manifestó: Al respecto, la historiadora María Sáenz Quesada sostiene: A partir de su devolución a la familia Gainza Paz el diario, en su página editorial, publicó: Las relaciones entre la dictadura y La Prensa fueron estrechas y en 1957 el dictador Pedro Eugenio Aramburu designó a Alberto Gainza Paz, dueño del diario, para gestionar en Estados Unidos apoyo financiero para el gobierno militar.

[39]​ Según Marcelo Borreli, en el caso de La Prensa: Según los periodistas Eduardo Blaustein y Martín Zubieta, La Prensa recibió créditos preferenciales a bajas tasas que nunca fueron reclamados por el Estado argentino.

[41]​ El diario se convirtió en vocero de las Fuerzas Armadas en el poder, replicando en sus páginas sus argumentos, visión, y hasta el mismo vocabulario.

[47]​ Bajo la dirección de Paz La Prensa fue el medio que más mostró su tendencia pro golpista, fue el único diario que el día del golpe lo puso en su tapa: “El país se encuentra bajo el control operacional de las Fuerzas Armadas”.

Los años que le siguieron al golpe, mostraban la postura adoptada complicidad y silencio.

[50]​ Recuperada la democracia en 1983 con la elección del presidente Raúl Alfonsín, La Prensa se destacó por las posiciones opositoras y en especial de la Junta Coordinadora Nacional, realizadas por la pluma de Jesús Iglesias Rouco, partidario del presidente estadounidense Ronald Reagan.

[51]​[52]​[53]​ En 1988, el presidente Alfonsín dispuso la detención de doce personas, civiles y militares, por actividades golpistas.

[51]​ En ese momento, el diario El País de Madrid, relataba del siguiente modo la situación del diario argentino: Después de demostró no existía tal conspiración sino que era una estrategia para crear un ambiente propicio ganar las elecciones que se avecinaban.

La empresaria Amalia Lacroze de Fortabat adquirió la mayoría accionaria, que vendió dos años más tarde.

Sin embargo, a los pocos meses sus ventas siguieron disminuyendo y tras la demanda de sus lectores se volvió al formato tradicional.

Palacio Paz , mandado a construir por José C. Paz en 1900. Fue la residencia más grande y lujosa de Buenos Aires al comenzar el siglo XX. En 1936 fue vendida al Ejército Argentino para que se instalara allí el Círculo Militar .
José C. Paz en 1900
Edificio del diario La Prensa , 1910.
Edificio de La Prensa , convertido en Casa de la Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires .