El diario “La Prensa”, contaba con una biblioteca de más de 80.000 volúmenes, que llegó a inaugurar una sede en París y en distintos barrios porteños, consultorios médicos y odontológicos, estudio jurídico, escuela de música y un departamento para huéspedes ilustres donde se alojaron, entre otros, el músico Giácomo Puccini, en 1905, cuando visitó Buenos Aires con motivo del estreno de su ópera “La Bohéme”.Cuando en 1951 el diario La Prensa fue expropiado a los Gainza Paz, la biblioteca fue cerrada por cinco años y varios ejemplares se perdieron.
El diseño, cálculo y producción del sistema estructural correspondió a la firma Moisant, Laurent, Savey et Cie.
A partir del esquema, en dos subsuelos, planta baja, y seis pisos se distribuyeron locales destinados a sistemas de impresión y distribución del periódico, atención al público y comercialización, despachos y salas de recepción, salón de conferencias, departamentos para huéspedes de importancia, oficinas técnicas y administrativas, salones de esparcimiento para el personal, biblioteca para 6000 volúmenes (hoy 80000) consultorios profesionales para atención al público.
El interior del majestuoso edificio se inspira en el mismo estilo, y en la construcción intervinieron principalmente empresas francesas: la estructura metálica fue construida por Moisant, Laurenti, Savey et Cie., los solados de mosaicos por H. Boulanger, la herrería por Val d'Osne, la firma de Estados Unidos Spargne instaló los cinco ascensores eléctricos y seis montacargas, T. MIchelet la zinguería y la pizarra y Paul Garnier se encargó del reloj de la fachada.
Esas cañerías eran utilizadas para enviar correspondencia a la central de correo que se encontraba en el primer piso.
Contaba además con servicios gratuitos como consultorios médicos, jurídicos, biblioteca y un observatorio meteorológico.
La antorcha representa al fuego sagrado que Prometeo robó en beneficio de los hombres.
Cuando el diario fue devuelto a sus dueños -como consecuencia de la caída del peronismo-, la familia Gainza Paz colocó nuevamente la farola en 1956.
En él aparece nuevamente Atenea en las pinturas del cielorraso, acompañada por siete musas.
Destacadas personalidades de las letras y las artes, ya sea argentinas como extranjeras, dictaron conferencias en él, entre ellos Jorge Luis Borges.
En este salón hay tres Gobelinos que relatan la vida de Ester.
Para ello se lo pensó con la posibilidad de que el público formara parte la actividad del diario ya que contaban con una pizarra que contenía las noticias actualizadas, podía ser vista desde la vereda generando un lugar donde las personas podían conocer las noticias más importantes antes de la aparición de los periódicos.
En su gran hall o en los salones del segundo piso, se celebraban todas las asambleas de los gremios en huelga.