Se considera que esta denominación surge debido a la repercusión del sainete "Canillita" de Florencio Sánchez.
Algunos canillitas trabajaban en esta fecha, y también el diario era distribuido por los editores por otros canales.
[3] En 2007, mediante una ley promovida por el diputado Héctor Recalde, se recupera este día de descanso.
[4] En el 2009, a través de un decreto firmado por la presidenta Cristina Fernández, los canillitas fueron reconocidos como trabajadores (no como vendedores) y se les otorgó la exclusividad de su actividad a las paradas habilitadas.
Una canción de Jaime Roos interpretada por el Canario Luna lo inmortaliza como ninguna otra expresión artística: "El grito del Canilla", cuya letra lo define acertadamente como "aquél que trabaja y canta, viviendo a puro pulmón".