Para hacerles frente se ordenó armar a los gremios (ratificando una orden del rey Ferran II el Catòlic de 1515), oportunidad que estos aprovecharon para plantear una vieja reivindicación: entrar en el gobierno de la ciudad, monopolizado por el patriciado urbano, que contaba con cuatro jurats, y por la pequeña nobleza, cavallers i generosos, que tenían dos.En su decisión influyó que en aquel momento Carlos estaba más interesado en su prevista elección en Aquisgrán como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.Los Tretze exigieron que fuera nombrado un jurat representando a los gremios, pero la decisión del rey fue enviar una lista de la ceda (el procedimiento establecido desde hacía un siglo para nombrar a los seis jurats, cuatro ciudadanos y dos de la pequeña nobleza) acompañada del nombramiento como virrey de Valencia del noble castellano Diego Hurtado de Mendoza (un «extranjero», protestaron los Tretze) a quien Carlos I le había encargado la triple misión de obtener el juramento del braç real, imponer la ceda y disolver la Junta dels Tretze.[13][14] Mientras tanto, enviados de la Germanía, alegando que había sido autorizada por el rey, habían ido extendiendo la rebelión por otras localidades del reino, donde se constituyeron sus propias Germaníes, presididas por juntas formadas por trece miembros subordinadas a la del cap i casal.Las que eran de señorío (laico o eclesiástico) adoptaron un programa antifeudal más radical.[15][14][16][17] En estas zonas rurales el protagonismo inicial lo desempeñaron los labradores acomodados, deseosos de liberarse o al menos recortar el poder señorial,[18] pero pronto se vieron desbordados, como sucedería en los núcleos urbanos, por los sectores más radicales, que demandaban la abolición de todas las rentas y que se dedicaron al saqueo de las tierras señoriales y al bautismo forzoso de sus vasallos mudéjares.Más éxito cosecharon inicialmente en su segundo objetivo de dominar la mitad sur del reino.Los realistas desataron tras su victoria una brutal represión —fueron ejecutados unos cuarenta agermanats— y el tercio sur del reino, hasta Ontinyent, quedó en su poder.Vicent Peris que no había participado en la batalla de Orihuela volvió a Valencia para evitar la capitulación, pero su ejército fue derrotado en Morvedre el 11 de octubre, logrando escapar a Xàtiva.Tres días después Valencia se rendía a las fuerzas realistas y el 19 dimitían los dos jurats agermanats, procediéndose a nueva elección en la que ya solo figuraban ciutadans honrats y cavallers i generosos (la pequeña nobleza).[23][26] Tras la capitulación de Valencia ya solo quedaban dos núcleos agermanats en el reino, Xàtiva y Alzira.Entonces hizo su aparición L'Encobert ('El Encubierto') que se presentó en Xàtiva diciendo ser hijo del príncipe Juan, heredero al trono de los Reyes Católicos fallecido hacía veinticinco años, aunque en realidad se trataba de un judeoconverso de origen aragonés llamado Antonio Navarro, pero que consiguió que su historia fuera creída, dotando así al movimiento agermanat de un carácter milenarista que ayudó a sostenerlo.[30] Ernest Belenguer y Àngel Casals han realizado el siguiente balance, partiendo del hecho de que fracasó:[31][32] Furió coincide en este punto con Ernest Belenguer y Àngel Casals cuando consideran que «las Germanías no fueron un todo homogéneo.Los agermanados carecieron de caballería durante toda la guerra, mientras que el ejército del virrey tuvo que improvisar tropas a pie con mudéjares y hombres traídos de Cataluña, Murcia y Castilla».Sólo más adelante, una vez rotos los caminos del diálogo con el virrey (que los Trece [organismo inicial dirigente de la Germania] intentaron mantener a toda costa) y generalizado el conflicto con su extensión por todo el país —que se hizo, no hay que olvidarlo, con el respaldo legal de la carta del rey del 30 de enero [de 1520]— estalló la pugna bélica, pasándose a una fase radical de contenido antifeudal que cuestiona las bases del sistema social y económico».Pronto se radicalizó, con Joanot Colom como líder, sustituyendo al moderado Joan Crespí cuyo objetivo era la democratización del Gran i General Consell y poner en marcha una serie de reformas que aliviaran el pago de la deuda censataria.Colom, que acabó ejecutando a Crespí, iba mucho más lejos y proponía la Santa Quitació (el no reconocimiento de ninguna deuda censataria y su eliminación drástica sin compensación alguna) Al igual que en Valencia, se constituyó una junta formada por trece personas (la Tretzena).[42] La Germania dels menestrals del Miquel García fue publicada en 1935 en una edición a cargo de Josep Osset Merle.García no hace ninguna concesión a la «negra Germania»[44] y su crónica concluye así:[45]
Retrato de
Germana de Foix
,
virreina de Valencia
. Agravó la represión iniciada por su antecesor en el cargo Diego Hurtado de Mendoza, revocando el perdón general otorgado por este.
Retrato de
Joanot Colom
, el líder del sector radical de las Germanías de Mallorca (
Los mártires de la libertad española
, 1853)
Joan Caro
, líder moderado de la
Germania
, considerado «bona persona» por el cronista realista Guillem Ramon Català de Valeriola.