Consejo de los Diez

No obstante, las denuncias anónimas eran verificadas con más detalles antes de iniciar un proceso, para evitar ataques maliciosos contra el mismo Consejo.

Los procesos del Consejo se desarrollaban en secreto y sus sentencias eran inapelables, poseyendo facultades ilimitadas para imponer castigos, inclusive la pena de muerte.

En sus primeros años el "Consejo de los Diez" mostró ser una eficaz herramienta gubernamental para evitar conspiraciones y revueltas, logrando sofocar la conjura del dux Marino Faliero en 1355.

El enorme poder discrecional acumulado por el "Consejo de los Diez" causó preocupación entre la aristocracia veneciana, temiendo que sus decisiones se tornaran cada vez más arbitrarias y contrarias a las leyes.

Zen fue arrestado y desterrado al año siguiente, pero pronto fue perdonado mientras la Signoria empezaba a investigar las graves acusaciones formuladas.

El Consejo de los Diez en el cuadro de Francesco Hayez La muerte del Dux Marino Faliero (1867)
Bocca di Leone usada en Venecia para denuncias secretas.