Junta de Montevideo

Es generalmente considerada como el primer exponente del movimiento juntista en la América española.

Por otra parte, el general Joaquín Murat, lugarteniente de Napoleón para todos sus ejércitos en España, vino a España el 9 de marzo, llegó a Burgos el 13 y emprendió camino hacia Madrid el día 15.

En definitiva, temeroso Godoy de que ya hubiera 100.000 efectivos franceses en territorio español sin autorización y sin saber su objeto, decidió trasladar a la familia real hacia América, viaje que inició el 13 de marzo encaminándose hacia Aranjuez.

En cambio, el trato que Murat reservaba al rey Fernando VII era de total indiferencia, negándose a reconocerlo.

Así, el 5 de abril mandó a su hermano Carlos al encuentro del emperador.

Mientras, Napoleón entraba en Bayona el 15 y, teniendo noticias el infante Carlos, hizo lo propio.

El general Savary aseguró que si el rey iba a Bayona al encuentro de Napoleón, este no tendría inconveniente en reconocerlo como Rey de España.

En Bayona, el 1 de mayo, Napoleón tras comer con los reyes padres y Godoy, citó a Fernando VII, y sus padres apoyados por Napoleón le amenazaron para que abdicase en favor de Carlos IV al día siguiente.

El 6 de junio Napoleón dictó un decreto en el que nombraba a su hermano José como rey de España y, al día siguiente, espetó a su hermano, recién llegado a Bayona para que aceptase la corona, donde fue reconocido como tal por las autoridades españolas allí congregadas.

José aceptó la corona el 10 de junio y confirmó a Murat como lugarteniente del reino.

La Junta aprobó una declaración de guerra contra los franceses, creó un ejército y ondeó por vez primera la bandera regional.

Esgrimieron el argumento de que las colonias o reinos hispanoamericanos eran entidades político-administrativas independientes de las existentes en España, porque desde el descubrimiento habían quedado vinculadas jurídicamente a la Corona, mediante la Bula Inter caetera.

Estando ausente el monarca, ellos tenían los mismos derechos de autogobierno, porque también se apoyaron en la doctrina tradicional del poder, que en tales circunstancias les devolvía la soberanía para establecer el orden político transitorio que resultase más conveniente a sus intereses.

Algunas de ellas fueron efímeras, otras perduraron en el tiempo, pero en sus inicios ninguna tuvo carácter separatista.

Tras haberse enterado de la llegada del enviado francés, Liniers quedó muy contrariado.

Liniers convocó a la Real Audiencia y al Cabildo de Buenos Aires para decidir qué posición tomar y no dar pie a la crítica.

La situación de Liniers se tornaba cada día más delicada, pues su actuación como virrey interino levantaba resistencias.

Se entendió que, en ese documento, el virrey trataba con mesura a los invasores.

Liniers recomendaba esperar la suerte de la metrópoli «para obedecer a la autoridad que ocupe la soberanía».

Tanto españoles como criollos eran hostiles hacia los franceses, especialmente a partir de que se conoció el levantamiento popular en España para resistir la invasión.

Tras recibir excusas de los jefes de la guarnición de la ciudad para no brindarle apoyo, a los que había remitido oficios solicitándoselo, se dirigió al fuerte a tomar posesión del gobierno, pero fue insultado y golpeado en público por el propio Elío, debiendo dirigirse al cabildo.

Entre los más decididos expositores de ese pensamiento se hallaba Pérez Castellanos.

La Junta se reservó el derecho a modificar el número de sus miembros y las resoluciones tomadas para su erección y ordenó a los jefes militares la obligación de consultarla para toda orden del virrey.

En la tarde del 21 la Junta se dirigió al fuerte para recibir los homenajes y acatamientos de los militares.

Fueron elegidos como vocales:[5]​ Fueron confirmados: El Fiel Ejecutor del Cabildo de Montevideo, Manuel Gutiérrez, fue el encargado de llevar a Buenos Aires las resoluciones del Cabildo Abierto.

Mientras que a España fue enviado José Raimundo Guerra, quien embarcó el 30 de septiembre en el bergantín Fiel Amigo.

Ante la decisión de la Audiencia, la reacción del virrey fue cortar toda comunicación con Montevideo y detener a los oficiales basados en esa ciudad que se hallaban en Buenos Aires.

También intentó evitar la partida del diputado Guerra, elegido por esa ciudad para la Junta de Sevilla, para lo cual situó tres barcos en vigilancia, pero éstos fueron burlados el 30 de septiembre.

Ilustración sobre la instalación del Cabildo abierto de Montevideo publicada en la revista La Semana .