Las etiquetas generalmente se basan en estándares oficiales, y la mayoría de estados también publican pautas genéricas nutricionales.
En algunos casos, estas guías se basan en objetivos dietéticos para diversos nutrientes que las etiquetas de alimentos especifican.
El etiquetado nutricional ha evolucionado para convertirse en una herramienta clave en la promoción de elecciones alimentarias saludables.
Ambos sistemas tienen como objetivo simplificar la comprensión de la información nutricional, aunque su efectividad varía según el contexto [2].
En América Latina, países como Chile, Ecuador y Argentina lideran iniciativas innovadoras.
Además, muchos consumidores carecen de formación en interpretación nutricional, lo que puede llevar a decisiones desequilibradas y percepciones negativas sobre ciertos alimentos.
Es esencial implementar normativas que garanticen información precisa y fácil de entender[3].
Las tendencias apuntan hacia sistemas más integrales que incluyan no solo información nutricional, sino también aspectos ambientales y sostenibles.
Un marco regulatorio sólido y consensuado será clave para alcanzar estos objetivos[2].
En la práctica, determinar los ADS de un paquete y seleccionar el formato NFT apropiado puede ser un cálculo detallado.
Los nutrientes centrales que deben estar en una etiqueta son: proteínas, grasas, carbohidratos y sodio.
Y todos los valores deben ser por cada 100 g o, en el caso de líquidos, cada 100 ml.
Siempre dará valores para una cantidad establecida de 100 g (3.5 oz) o 100 ml (3.5 imp.
En la nueva normativa, la información obligatoria es: energía, grasas, saturados, carbohidratos, azúcares, proteínas y sal, en ese orden particular, con opciones para extender esta lista a: monoinsaturados, poliinsaturados, polioles, almidón, fibra, vitaminas y minerales.
Ciertos grupos de declaraciones nutricionales a partir del Reglamento (CE) no 1924/2006 tuvieron que ser cambiados.
[14][15] Dentro del Reglamento 1924, se definen legalmente expresiones como «bajo en grasa», «alto en fibra» o «reducido en calorías».
[13] Todas las declaraciones de propiedades saludables se han armonizado en la Unión Europea.
La lista de declaraciones aprobadas y rechazadas está disponible en su sitio web.
[16] Siempre que la información nutricional completa se muestre en el paquete, se puede incluir información nutricional y formatos adicionales (por ejemplo, un sistema de clasificación «por semáforos»: rojo, amarillo y verde, como el utilizado por el sistema Nutriscore).
[32] La Academia Nacional de Medicina (Institute of Medicine) recomendó que estas etiquetas contengan la información nutricional más útil para los consumidores: grasas saturadas, grasas trans, sodio, calorías y tamaño de la porción.
[37] Sin embargo, según lo regulado por la FDA y el USDA, es obligatorio que cierta información que figura en la etiqueta se escriba en inglés, incluyendo: nombre del producto, ml, tamaño de porción y número de porciones por paquete, información nutricional, ingrediente lista y nombre del fabricante o distribuidor.
Este fue el primer cambio significativo en el panel de Información Nutricional desde que se introdujo en 1993.
UU. propuso varias mejoras simultáneas al etiquetado nutricional por primera vez en más de 20 años.
[59] The Coca-Cola Company y PepsiCo comenzaron a etiquetar el contenido de cafeína en 2007.