Se considera etiqueta alimenticia incluso la información empleada en la venta o comercialización de un alimento.
En varios países varían las normas sobre los productos, debido a que algunos de ellos (como por ejemplo el vino o los alimentos transgénicos) tienen normativas específicas.
Algunas fechas son del mayor interés para el consumidor final, como: "Fecha de duración mínima" ("consumir preferentemente antes de") que es la fecha hasta la que, siempre que se hayan dado determinadas condiciones de almacenamiento, la conservación garantiza su buen estado para ser ingerido.
No obstante, tras esa fecha el alimento envasado puede estar todavía en estado y calidad satisfactorios, siendo la probabilidad menor cuanto más alejados nos encontremos de esa fecha.
Generalmente se trata de diferentes fechas orientadas a los distribuidores y comerciantes, no al consumidor final.