Traumatismo penetrante
Por otro lado, un traumatismo penetrante implica que el objeto no tiene lugar de salida.Usualmente ocurre en un crimen violento o en un combate armado,[3] con lesiones provocadas por disparos y puñaladas.[5] La cavitación temporal especialmente puede ser perjudicial cuando afecta a los tejidos delicados tales como el cerebro, como ocurre en traumatismo penetrante de cabeza.[6] La piel, los músculos y los intestinos absorben energía y, por lo tanto, son resistentes al desarrollo de cavitación temporal, mientras que órganos como el hígado, el bazo, los riñones y el cerebro, que tienen una resistencia a la tracción relativamente baja, es probable que se partan o se rompan debido a la cavitación temporal.Las lesiones pulmonares que pueden ser causadas por un traumatismo penetrante incluyen laceración pulmonar (corte o desgarro), contusión pulmonar (moretón), hemotórax (una acumulación de sangre en la cavidad torácica fuera del pulmón), neumotórax (una acumulación de aire en la cavidad torácica) y hemoneumotórax (acumulación de sangre y aire).[2] Si el páncreas se lesiona, puede resultar más herido por sus propias secreciones, en un proceso llamado "autodigestión".[2] Los intestinos, que ocupan una gran parte del abdomen bajo, también corren el riesgo de perforación.[2] La penetración puede abolir o disminuir los ruidos intestinales debido a una hemorragia, una infección, e irritación, y las lesiones en las arterias pueden hacer que se escuchen soplos (un sonido distintivo similar al soplo cardiaco).[2] El abdomen puede estar distendido o dolorido, signos que indican una necesidad urgente de cirugía.[2] La evaluación puede ser difícil porque gran parte del daño a menudo es interno y no visible.[2] Al paciente se le administra, por vía intravenosa, fluidos para reemplazar la sangre perdida.[2] En la Primera Guerra Mundial, los doctores comenzaron a reemplazar el fluido perdido de los pacientes con soluciones salinas.