Guerras entre Suiza y la Casa de Habsburgo

El Duque Alberto hizo las paces con sus enemigos y Lucerna tuvo que someterse de nuevo a los Habsburgo.

Los Habsburgo bloqueaban las comunicaciones con la Suiza central pero no la atacaron militarmente, ya que el duque Alberto estaba ocupado con las querellas por el trono con los ducados de Austria y Estiria.

De facto no cambió nada con ello, pues el rey se dedicaba a otros asuntos en el imperio.

Por cierto que en el mencionado urbarium faltan los registros correspondientes a las posesiones de los Habsburgo en la Suiza central, aunque no está seguro si no se hicieron tales registros o si fueron destruidos expresamente cuando los confederados conquistaron Baden en 1415.

Enrique VII concedió a las tres Waldstätten el privilegio de no tener que comparecer ante jueces extranjeros, con excepción del tribunal real.

La segunda fase del conflicto comenzó tras la reconciliación de Enrique VII con los Habsburgo en 1311, quien les prometió que estudiaría sus derechos legales sobre la Suiza central, por lo que Schwyz y Unterwalden tomaron medidas para proteger las fronteras.

Leopoldo planeó un ataque concéntrico, junto con Otto von Strassberg y la nobleza de Lucerna, a las tres Waldstätten a través del Paso del Brünig, el Lago de los Cuatro Cantones y desde el norte.

En contrapartida, las Waldstätten permitieron que el comercio se restableciera y autorizaron el pago de tributos a los Habsburgo.

Al entrar en conflicto con el Papa, se reconcilió con los Habsburgo y reconoció formalmente sus posesiones.

Luis IV había dado en fianza a Alberto I algunas ciudades, pero Zúrich y Sr. Gall se desempeñaron enseguida.

Su sucesor, Rodolfo IV, no logró imponer su soberanía en Zúrich, Berna, St.

Gall y Soleura, pero consiguió que se adhirieran a su pacto de paz.

En 1363 los Habsburgo se hicieron con el condado de Tirol, mandaban en Friburgo, Sundgau, Brisgovia, la Selva Negra, el Oberland bernés, el valle del Aar, el valle superior del Rin, etc. A los confederados les resultó favorable que los Habsburgo fueran expandiéndose hacia el este (ducados de Austria, Estiria y Carintia) y que los duques vivieran mayormente en aquellas tierras, ya que en aquella época no se emprendían campañas militares importantes sin que ellos estuvieran presentes.

Cuando el duque Alberto marchó sobre Zúrich, los suizos ocuparon el valle de Glaris, que quería recuperar su antigua autonomía.

En 1352 los glarneses rechazaron un ataque del duque en Näfels y se adhirieron al pacto.

Alberto II reanudó la guerra contra Zúrich en 1354 y puso sitio por tercera vez a la ciudad con el apoyo de refuerzos mandados por el rey.

Las ciudades suizas intentaban expansionarse comprando o tomando en prenda los señoríos de la nobleza cuando esta pasaba por apuros económicos.

El duque y sus herederos terminaron aceptando la existencia de la Confederación, aunque sin renunciar formalmente a sus derechos.

La guerra de Zúrich se convirtió en un conflicto a nivel europeo, pues Federico se vio obligado a pedir ayuda al rey francés Carlos VII, que mandó al resto de sus mercenarios, los armagnacs.

Federico III dictó la proscripción imperial contra la Confederación y delegó el mando militar a su hermano, el duque Alberto VI, también como único gobernante de la Austria anterior.

Tras laboriosas negociaciones se pusieron de acuerdo en 1450 para disolver la alianza entre Zúrich y los Habsburgo, así como para prolongar la anterior paz por cincuenta años.

El duque Segismundo tuvo otra vez conflictos con los confederados en 1468 cuando éstos atacaron el Sundgau y al regidor de Hallwyl.

El emperador Federico III se negó a reconocer que el Ewige Richtung tuviera validez para todos los territorios de los Habsburgo.

Cuando Maximiliano I conquistó el Franco Condado en 1493, la Confederación suiza corría el peligro de verse cercada por los Habsburgo.

En 1500 hubo negociaciones entre Maximiliano I y la Confederación para renovar el "Ewige Richtung", pero la reconciliación definitiva no se produjo hasta el acuerdo pactado en 1511, el cual fue firmado no solo por Maximiliano -que entre tanto había sido coronado emperador-, sino también por su nieto Carlos V como heredero del condado de Borgoña, y por parte suiza asimismo por Appenzell, la ciudad y la abadía de St.

En 1513 ya era realidad la "Confederacón de los trece cantones" (Zúrich, Berna, Lucerna, Uri, Schwyz, Unterwalden, Zug, Glaris, Friburgo, Soleura, Schaffhausen, Basilea y Appenzell).

Los Habsburgo se esforzaron por incluirla en el tratado para poder contar con los confederados en caso de guerra contra Francia en Italia, pero no lo consiguieron.

El Fricktal siguió bajo dominio de los Habsburgo hasta que fue ocupado por Napoleón en 1799.

Situación política del interior de Suiza en 1315.
El castillo de Habsburgo , en la actual Argovia , casa solariega de la futura dinastía.
Lápida conmemorativa en Morgarten.
Los ciudadanos de Zúrich prestan juramento en 1351 ante los representantes de las cuatro comunidades. Representación en la Crónica de Diebold Schilling, 1513.