[1] Animado por sus expediciones precedentes, Federico decidió reunirse en Mühldorf con sus aliados, el obispo de Passau y el arzobispo de Salzburgo.
Allí esperaba Federico a que llegaran refuerzos al mando de su hermano Leopoldo.
El combate se inclinó pronto a favor de Luis IV, que hizo un millar de prisioneros entre los caballeros austriacos, entre ellos a Federico IV de Lorena y al propio Federico el Hermoso.
Aunque salió victorioso, su título de rey fue impugnado por el hermano Leopoldo de Habsburgo y sobre todo por el papa Juan XXII.
Al cabo de tres años de negociaciones, Luis IV tuvo que poner en libertad a Federico y reconciliarse con él.