Aunque los Habsburgo no gobernaron estas tierras desde el siglo XV, las armas históricas de los Habsburgo —un león sobre un fondo dorado— continuaron formando parte de su escudo hasta el final del período imperial.
En varias etapas se fueron agregando otros edificios, transformándolo en un doble castillo y alcanzando su máxima extensión a principios del siglo XIII, con unos 3000 m².
Tras la expulsión, durante la reforma, de los Habsburgo en 1528,[1] la mitad oriental del castillo —la parte más antigua— quedó en ruinas y posteriormente se desmoronó.
Excepto por unas pocas modificaciones, esta parte del castillo todavía se conserva.
En los años 1978/83 y 1994/95 se excavaron extensas zonas de interés arqueológico en el lugar.