George Fitzmaurice

Fue uno de los pioneros del Hollywood mudo, aunque su larga carrera también alcanzó el cine sonoro.

En 1923 consigue su primer gran éxito con el suntuoso melodrama Bella donna, con Pola Negri -famosa ya tras sus interpretaciones para Lubitsch como Ana Bolena o Madame DuBarry en Alemania-, Conrad Nagel y Adolphe Menjou.

Algo avejentada hoy en día, la película sigue transmitiendo el misterio y el magnetismo que el cineasta supo imprimirle.

Mención aparte merecen sus películas formando nuevamente un tándem con Ronald Colman: Que pague el diablo en 1930, donde Fitzmaurice casi descubría a una jovencísima Myrna Loy; una versión de Raffles (el célebre ladrón de guante blanco que ya tenía una de 1905, dirigida por Edwin S. Porter con Gilbert M. "Broncho Billy" Anderson en el papel) donde el actor compartía cartel con la deliciosa Kay Francis; y Paraíso del mal en 1931, con Colman y Fay Wray.

En 1934 es reemplazado en un film fallido (Nana, sobre la novela de Émile Zola, que termina dirigiendo Dorothy Arzner) y tiene un parón.

The Profiteers , 1919