Los límites provinciales entonces no coincidían plenamente con los actuales y estaba formado por los partidos judiciales de Anguita, Atienza, Brihuega, Cifuentes, Cogolludo, Guadalajara, Molina, Pastrana, Sigüenza y Torrelaguna.En 1814 Fernando VII reinstauraría el absolutismo, por lo que las diputaciones provinciales quedaron abolidas hasta el pronunciamiento liberal del Rafael de Riego de 1820, que daría lugar a su resurgimiento.Las diputaciones provinciales fueron constituidas como el principal instrumento del Gobierno Central para poder extender y consolidar la nueva administración, siendo su principal cometido el actuar como órgano superior jerárquico de los ayuntamientos, sobre los que ejerce un fuerte control ejecutivo.Igualmente se compondría de un Pleno, que tendría un poder relativo respecto al Jefe Político, integrado por los diputados provinciales elegidos por los municipios siguiendo la circunscripción de los partidos judiciales.Durante esta época se consolidó la existencia de la provincia como entidad político-territorial española.Sin embargo, durante varias décadas el debate ideológico se hizo notar en la provincia de Guadalajara, en donde los conservadores, como defensores del regionalismo, hicieron un alegato en favor de suprimir las provincias o, al menos, dejarlas es un último plano desde el punto de vista del poder político, y los liberales se pronunciaron en favor del mantenimiento de la institución.Esta última línea sería finalmente la que se impondría, llegando a manifestarse en varias ocasiones la Diputación en favor del provincialismo y defendiendio el mantenimiento de las mismas en la Asamblea de Diputaciones Españolas celebrada en Barcelona en marzo de 1931.[5] Desde el punto de vista institucional, la Diputación provincial sufrió una profunda reforma en su estructura orgánica para adaptarse a las distintas disposiciones legales que fueron apareciendo entre 1868 y 1931:[6] Las competencias que adquiere la Diputación provincial son acerca de beneficencia, instrucción pública, carreteras y caminos y fomento de actividades agrarias, industriales y comerciales.Desde la Diputación provincial también se proyectan la construcción de varias vías ferroviarias que cruzasen toda la provincia.En lo que se refiere a los ajustes territoriales dados en la provincia, en 1867 se suprimieron los partidos judiciales de Tamajón y de Sacedón.La mitad de los diputados eran elegidos en cada Partido Judicial entre los alcaldes y concejales de la demarcación correspondiente y la otra mitad mediante las llamadas elecciones orgánicas.Un sentimiento ciertamente regionalista guadalajareño, que afirma Guadadalajara como patria chica, e impregnado por el provincialismo liberal de las primeras décadas del siglo XX aunque adaptado a las circunstancias del régimen franquista, fue encabezado por intelectuales como Francisco Layna Serrano o José de Juan García.Este sentimiento dio lugar a que la Diputación institucionalizase en 1962 el Día de la Provincia que se fue celebrando hasta 1978 sin un día concreto.También se amplió el Hospital Provincial con nuevos servicios médicos y un centro psiquiátrico.[12] De esta manera, la Diputación provincial se ha librado de toda tutela del Gobierno central, tanto en lo que se refiere a su composición como a lo relacionado con su funcionamiento, y los diputados provinciales son elegidos mediante las elecciones municipales, y su Presidente entre estos, que se complementan con la Comisión de Gobierno y las Comisiones Informativas y Especiales.
Palacio de la Diputación Provincial de Guadalajara.