Catedral basílica de Nuestra Señora de la Asunción (Popayán)

El edificio se encuentra ubicado al occidente en el costado sur del Parque Caldas, en pleno centro histórico de la ciudad colombiana de Popayán (Cauca).

La construcción ha sufrido cambios debido a los frecuentes movimientos telúricos en la región.

[1]​ En 1557, el obispo Del Valle solicitó a la Corte de España permiso para edificar una iglesia “capaz y decente”.

Como se carecía de fondos y materiales de construcción tales como teja, la primera catedral fue de techo pajizo y muy posiblemente estuvo localizada en el lugar o cerca a donde posteriormente se construyó La Ermita, pues para ese momento ya la ciudad se había extendido hacia el sur.

Dicho segundo templo catedralicio se construyó en teja y ladrillo.

Este segundo templo catedralicio tenía la puerta principal mirando al occidente (carrera 7.ª en la nomenclatura contemporánea): al costado sur se encontraba la capilla del Sagrario y contigua a ésta estaba una casita alta de ladrillo y teja para residencia de los coadjutores que tenía a su lado la casa episcopal.

Desde 1785, la segunda catedral amenazaba ruina y así se mantuvo por ciento noventa años, desde 1594 hasta 1784.

La tercera catedral fue encargada en 1788 por el Papa al obispo Ángel Velarde y Bustamante, quien solicitó a España mapas y planos a un valor de mil pesos.

Se excavaron los fosos para las cuatro columnas que debían soportar el cimborrio o media naranja y los cimientos fueron hechos en piedra de cantera, en bloques labrados y unidos con cal.

La guerra civil de 1860 paralizó la obra indefinidamente, de tal suerte que ni el obispo Caicedo y Martínez Cuero ni su sucesor el obispo Carlos Bermúdez pudieron continuar la construcción.

Fue el obispo Ortiz quien decidió reiniciarla, en una época de mayor estabilidad económica.

En la Catedral de la Asunción desde sus etapas más primitivas, fueron fundándose juntas que tuvieron como sede este templo, al mismo tiempo que nuevas devociones llegaban al recinto.

Ubicado en el ábside al fondo del presbiterio en la nave central de la basílica, actualmente es constituido por una gigantesca plancha curva que se eleva detrás de la cátedra del Arzobispo, en su centro se alza una monumental imagen de Nuestra Señora de la Asunción siendo trasportada al cielo con el mundo bajo sus pies y solo estando tocado por su manto, ella tiene las manos levantadas y la mirada alta, es obra del escultor Buenaventura Malagón.

Esta obra neoclásica se presenta como una expresión artística excepcionalmente elaborada, destacándose de manera notoria por la maestría con la que se han cuidado y perfeccionado cada uno de sus detalles.

La meticulosidad con la que ha sido concebida revela no solo un dominio técnico notable, sino también un profundo compromiso con la excelencia estética de la catedral.

La imagen que es venerada en este recinto es la de San Pedro Apóstol, quien fue el primer papa de la Iglesia católica y a cuyo patrocinio se le organizó una cofradía que posteriormente se disolvió por diversas cuestiones políticas, sociales y naturales que sacudieron a Popayán y a la región.

Se tuvo la opción de restaurar la talla para devolverle su aspecto anterior, pero por decisión del arzobispo y del pueblo se decidió conservarlo en las condiciones en las que fue hallado como un memorial de todas las víctimas que no solo perecieron en la basílica sino en las demás iglesias y en toda la ciudad en general por aquel desastre natural que cambió a la hidalga Popayán para siempre.

Las imágenes que son veneradas en este recinto son las de: Es el segundo retablo situado propiamente sobre la pared lateral de la nave del Evangelio que da hacia el oriente.

El cuidado detallado con el que está concebida esta obra no solo demuestra una impresionante maestría técnica, sino también una dedicación profunda a alcanzar una calidad estética superior.

Esta pieza neoclásica se manifiesta como una obra de arte excepcionalmente refinada, sobresaliendo significativamente por la habilidad y atención al detalle con la que cada aspecto ha sido elaborado y afinado.

El esmero puesto en su creación no solo demuestra una habilidad técnica impresionante, sino también una dedicación profunda a la belleza y perfección estéticas.

Cada componente de esta obra ha sido minuciosamente evaluado y dispuesto con exactitud, lo que resulta en una obra que va más allá de ser simplemente un deleite visual, transformándose en una experiencia sensorial enriquecedora y fascinante.

La imagen que se le rinde veneración aquí es la de San José, el santo patrono de toda la Iglesia Universal, a quien en la época virreinal se fundó una cofradía dedicada bajo su patrocinio.

[18]​ En el siglo XX la procesión salía desde la Catedral y recorría las calles del Parque Caldas.

Patrona de la Catedral, obra de Caspicara del siglo XVIII
Placa de mármol con la historia de la Catedral
Vista de la segunda catedral, la cual en ese entonces estaba establecida en la Iglesia de San José , según Frederic E. Church hacia 1853.
Parque de Caldas, Popayán. Vista de la tercera catedral (izquierda) tras su reconstrucción después del terremoto de 1983. A la derecha, la Torre del Reloj, que fue parte de la segunda catedral. En el centro, el palacio arzobispal.
Interior de la cúpula de la catedral, reconstruida después del sismo de 1983.
El altar mayor con la imagen monumental de la Virgen
Nicho con el sagrario y sus ángeles custodios
Retablo del Santo Patrono de la Ciudad
Retablo con las imágenes de El Calvario
Retablo dedicado a Santa Bárbara de Nicomedia
Retablo del apóstol San Simón Pedro
Retablo del Señor del Terremoto
Capilla de Nuestra Señora la Virgen Alada del Apocalipsis
Retablo de la Virgen del Carmen
Retablo de San José
Cripta de los Obispos y Arzobispos de la ciudad