Agustín Gormaz Velasco
[1] Estudió Teología durante su estancia en Salamanca, en cuya Universidad conoció a fray Toribio de Mogrovejo y a Ignacio de Loyola.Ya en su sede episcopal, fray Agustín vivió siempre en la práctica de las virtudes más austeras, manteniéndose de limosnas todo el tiempo que duró su obispado.Su amor por los indios y su continua crítica sobre cómo se estaba llevando a cabo la conquista española de América le valieron el destierro en dos ocasiones.Estas pocas reliquias fueron trasladadas con solemnidad a la iglesia del monasterio, donde se celebraron las honras y el padre Jerónimo de Roa, religioso de San Camilo, predicó la oración.Enseguida se depositó la caja con los restos en el presbiterio.[8] Se le atribuyen varios milagros, por lo que fue nombrado venerable.