Botos (Costa Rica)

Aunque compartieron el territorio con otras etnias como los tises, los katapas y los guatusos, los botos fueron el grupo indígena más importante y numeroso establecido en la zona norte del país, e incluso, llegaron a conformar un fuerte cacicazgo.

En la actualidad, la única etnia indígena que subsiste en este territorio es la de los guatusos o maleku, ubicados entre los ríos Caño Negro y Pocosol.

Su principal asentamiento parece haber estado en Cutris, en las orillas del río San Carlos.

En 1539, cuando los capitanes Alonso Calero y Diego Machuca de Suazo exploraban el río San Juan, su expedición topó en las márgenes del río Sarapiquí con un pueblo indígena semidestruido, que había sido atacado por los botos, pero no hubo contacto con estos.

En 1569 fueron incluidos por el gobernador Pero Afán de Ribera y Gómez entre los pueblos ilegalmente repartidos en encomiendas a los españoles.

Poblaban un lugar llamado Rancho Quemado, a unas treinta leguas de Barva, en una región de ásperas montañas y peligrosos ríos, y no había ningún sacerdote que atendiese sus necesidades espirituales.

A nivel arqueológico, las llanuras del norte de Costa Rica, donde se ubicó este pueblo, son consideradas una subregión perteneciente a la región Central, que se extiende desde la costa pacífica hasta el litoral atlántico.

Pero también se han encontrado muestras de la cultura sudamericana y sus diversos grupos lingüísticos del tronco chibcha.

Los principales sitios de estudio se encuentran en La Fortuna, Pital y sobre todo en Venecia (San Carlos), donde se halla el sitio Cutris, llamado por los arqueólogos Ciudad Cutris por encontrarse calzadas y un círculo de aldeas tanto o más grande que el Monumento Nacional Guayabo, en el sitio Chaparrón y en los alrededores del río Sarapiquí.

La influencia mexicana también puede observarse por la construcción de calzadas y emplazamientos en cimientos de piedra que se encuentran en la región, sobre todo en el sitio Cutris, donde predomina la construcción de tipo hondonada, es decir, donde los constructores tuvieron que excavar el suelo removiendo la tierra y depositándola en uno o ambos lados, observándose claramente la zanja u hondonada.

La relación de subordinación entre los botos y los huetares parece haber tenido razones sociopolíticas.

El Cacicazgo de los Botos fue menos complejo y más débil en términos políticos que los del Valle Central, a pesar de tener en su haber mayores recursos por su acceso al río San Juan.

Los huetares, en cambio, tenían mayor población y complejidad sociopolítica, lo que les permitió extender su influencia hasta zonas alejadas del Valle Central.

Hacia 1640 aún se documentaba la presencia de palenques huetares en Cutris, dentro del territorio de los botos, e incluso se apunta que los huetares tuvieron que aprender la lengua rama para poder comunicarse con ellos.

En 1525, Hernando de Soto fue el primer español en entrar en contacto con los botos, durante una expedición realizada desde Nicaragua para enfrentarse con Gil González Dávila .