Historia prehispánica de Costa Rica

Se cree que esos primeros pobladores de Costa Rica pertenecían a pequeños grupos nómadas de unos 20 a 30 miembros, ligados por parentesco, que se desplazaban continuamente para recolectar raíces, plantas silvestres y cazar animales.Los cazadores-recolectores tuvieron que desarrollar estrategias para adaptarse a las nuevas condiciones, aunque continuaron con la caza de las especies menores, tales como venados, dantas, saínos, etc.Esta actividad era muy estable, ya que demandaba pocos nutrientes en los suelos, provocaba escasa erosión y podía desarrollarse en zonas quebradas.También en la región del Pacífico Sur se han hallado gran cantidad de basamentos habitacionales, calzadas, basureros, montículos y áreas funerarias.No existía entre el área intermedia y el área mesoamericana una frontera estrictamente delimitada, ni en lo político ni en lo cultural,por lo que más bien debieron ser frecuentes los contactos y la transculturación entre ambos grupos de pueblos, sobre todo en las zonas de confluencia.También se ha comprobado su presencia en la región del Pacífico central comprendida entre los ríos Jesús María y Grande de Tárcoles.Estos pueblos hablaban la lengua chorotega, por lo que a veces se les designa genéricamente con ese nombre.Quizá los miembros del monexico fuesen los mismos individuos antes mencionados como galpones, ya que los edificios donde se reunía ese consejo se conocían con ese nombre (derivado seguramente del término calpulli) que entre los indígenas de México designaba a un barrio, aldea o distrito.Estos ancianos, cuya actividad compararon los castellanos con la del confesor cristiano, atendían consultas confidencialmente, formulaban recomendaciones a la persona que buscaba su ayuda y asignaban penitencias tales como barrer las plazas u obtener leña para los templos.A principios del siglo XX, como resultado de unas excavaciones arqueológicas en la isla de Chira, se halló un libro cuadrado con jeroglíficos, que fue denominado El misal chorotega; pero se ignora el paradero que haya corrido ese documento.En su artículo «Chira, olvidada cuna de aguerridas tribus precolombinas», Fernández Le Cappellain refirió que en cierto paraje un isleño relató:El matrimonio era monogámico y al parecer indisoluble, salvo en caso de adulterio o bigamia.Algunos caciques y personajes de alto rango tenían concubinas, pero nunca se les consideraba como esposas legítimas.En circunstancias ordinarias, sin embargo, el adulterio de la mujer era sancionado con una amonestación, un fuerte castigo corporal y la expulsión del hogar.Estos mercados eran atendidos por mujeres, y a ellos no podían ingresar varones de la misma población, salvo jóvenes que nunca hubiesen tenido relaciones sexuales.La habitaban numerosas comunidades con costumbres y lenguas distintas, aunque la mayoría de los idiomas que empleaban pertenecían a la familia lingüística macro-chibcha.A los europeos les llamó la atención la gran diversidad lingüística; todavía hoy, los idiomas indígenas que subsisten en Costa Rica tienen características muy diferentes.Sin embargo, el territorio del área intermedia no fue visitado por cronistas como Fernández de Oviedo o misioneros etnógrafos como Bobadilla, y por ello los datos que existen sobre su vida religiosa o jurídica son singularmente escasos, aislados y fragmentarios.En algunas comunidades este sistema debió ser dinástico-electivo; así ocurría todavía, por ejemplo, en ciertos grupos indígenas de Talamanca en la segunda mitad del siglo XIX, según consignó el paleontólogo estadounidense William More Gabb:Encauzaba las actividades productivas, redistribuía los excedentes, solucionaba conflictos internos e impartía justicia, dirigía las relaciones con otros grupos y tenía funciones sacerdotales.En algunos pueblos, como el de los coctus o cotos, había mujeres guerreras, a las que se llamaba biritecas.El biógrafo de Garabito, Oscar Bákit, señala lo absurdo de estas identificaciones, diciendo: «Dulcehe nunca fue sobrenombrada La Biriteca, pues tal nombre hubiera sido un insulto para ella, ya que correspondía a las mujeres que precisamente la habían tenido prisionera».[3]​ Los enfrentamientos bélicos entre los grupos eran frecuentes, y los prisioneros de guerra se destinaban al sacrificio ritual, aunque sin la antropofagia habitual en las ceremonias mesoamericanas.No reconocían parentesco por la vía agnática y en consecuencia el trato carnal entre dos personas unidas por vínculos exclusivamente patrilineales era irrelevante.La poligamia, como entre los nicoyanos, estaba reservada a los jefes y otros estratos superiores de la sociedad.Un misionero alemán consignó que todavía a principios del siglo XX persistía entre los mismos bribris un matrimonio con escasas formalidades, pero en el cual la madre de la novia desempeñaba un papel importante:Al igual que en otros sistemas matrimoniales, en el del área intermedia costarricense la mujer casada podía tener en la familia una posición igual o incluso superior a la del marido, como lo demuestra el caso de la cacica de los votos.Según es habitual en las familias sindiásmicas, no parece que existiera una diferencia sustancial en la posición del varón y la mujer en cuanto a la disolución del matrimonio, como lo sugieren las costumbres que mantenían los grupos indígenas de Talamanca a fines del siglo XIX: «No se requiere fórmula alguna para contraer matrimonio y éste dura todo el tiempo que conviene a los cónyuges.Algunas veces, si la mujer resulta infiel, el marido la azota severamente y tal vez la devuelve a su familia, o ella resentida lo abandona.Los tales no se ayuntan a otros hombres sin licencia del que los tiene, y si lo hacen, los mata».
Colgante de oro que representa a un chamán, proveniente de la zona del Pacífico Sur de Costa Rica, de la cultura de Diquís, 700-1350. Museo del Oro Precolombino , San José .
La vasija de nardo, 500 - 1350, Costa Rica.
Reconstrucción que representa una ciudad precolombina costarricense, correspondiente a la cultura del Díquis, en el Pacífico sur de Costa Rica. Nótese las esferas de piedra , que en la actualidad son símbolos de identidad nacional. Museo del Oro Precolombino , San José de Costa Rica .
Vasija con motivos de jaguar, proveniente del Pacífico norte de Costa Rica (1000-1350).
Figura de guerrero en piedra volcánica. Vertiente del Atlántico de Costa Rica.
Esfera de piedra precolombina, Palmar Sur.
Águila de oro hallada en el Valle del Díquis, Pacífico sur de Costa Rica. 700-1550. Museo del Oro Precolombino .