Este templo se convirtió desde sus orígenes en un importante centro de peregrinaciones.
En su honor se levantó en Ujarrás, entre 1686 y 1693, un templo de calicanto, cuyas ruinas aún existen y constituyen un sitio de interés para el turismo.
Este templo se convirtió desde sus orígenes en un importante centro de peregrinaciones.
La población indígena de Ujarrás se extinguió a principios del siglo XVIII, por lo que la reducción se convirtió en un pueblo de mestizos.
Estudios recientes del presbítero e historiador Manuel Benavides sugieren que el traslado se debió a motivos políticos.