Un pequeño grupo huetar ha podido sobrevivir a nuestros días, compuesto por unos 1000 individuos aproximadamente.
Estos individuos han perdido su lengua, pero aún conservan algunas de sus creencias, artesanías, cocina y medicina tradicionales.
Sobre este particular, Doris Stone indica que «los hombres usaban taparrabos y chalecos cortos, y las mujeres enaguas que llegaban hasta las rodillas, pero usaban indumentos de algodón en ocasiones especiales».
Enterraban los restos del difunto junto con diversos objetos que en vida le pertenecían y sus esclavos, sacrificados por tal motivo, pues se pretendía que les fueran de utilidad en la otra vida.
El sacrificio humano era comúnmente practicado en actividades funerarias o religiosas.
Seleccionaban a un grupo de personas, que eran conducidas al altar, donde serían sacrificados.
Los bueteres, nombre que sin duda es una versión de huetares, fueron llevados prestar servicios forzosos a Bruselas, lo cual sin duda generó en ellos una gran animosidad contra los españoles.
Otros pueblos del sur y el sudeste de Costa Rica, tales como los de Quepoa, Boruca, Tariaca, etc, aunque pertenecieran al Área Intermedia, no se consideran habitualmente como huetares, ya que hablaban otras lenguas, tenían elementos culturales distintivos y propios, y no parecen haber tenido relaciones de dependencia con los grupos huetares de la región central.
Los diversos reinos huetares fueron gradualmente sometidos por los españoles en la segunda mitad del siglo XVI, y sus sociedades fueron desestructuradas casi por completo.
Se les obligó a asentarse en las reducciones establecidas por las autoridades españolas y la Iglesia, en una cadena de pueblos ubicados en áreas geográficamente accesibles a la población española, tales como Barva, Pacaca, Curridabat, Aserrí, Cot, Quircot, Tobosi, Ujarrás, Orosi, Tucurrique, Turrialba y otros.
Estos pueblos quedaron sometidos a las instituciones de la encomienda y el repartimiento.
Los principales estudios con respecto a este idioma se deben al filólogo costarricense Miguel Ángel Quesada Pacheco.