El cura de Cartago, el padre Baltazar de Grado (quien al parecer fue el primer sacerdote nacido en Costa Rica y cuyo vicario era Alonso de Sandoval), hacía intentos por darles la doctrina cristiana, sin lograrlo.
La dispersión lo hacía imposible de modo que varios esfuerzos se hicieron para concentrar a la población.
Juegos de pólvora, toros, disfraces, faroles, cantos en la calle y fandangos se celebraban en la plaza al costado norte del santuario.
[4] La vecindad a la ciudad no dejó de causar algunos perjuicios a los mulatos y negros de la Puebla; quizás por ello su desarrollo fue bastante incipiente en un principio.
Actualmente donde estaba el paraje de La Puebla es lo que hoy se conoce como barrio Los Ángeles.