Se le considera el padre de la historiografía en Costa Rica.
Desempeñó funciones como Secretario de Hacienda,[1] en cuyo ejercicio fundó los Archivos Nacionales de Costa Rica.
Fue Ministro Plenipotenciario de Costa Rica en Madrid.
Hombre de carácter muy vehemente y de pluma irónica, publicó también varios periódicos y estuvo exiliado en varias oportunidades.
Se recuerda además su famoso duelo con el Canciller Eusebio Figueroa Oreamuno, al que dio muerte en el campo del honor en 1883; cuatro años más tarde, el joven Antonio Figueroa Espinach, hijo de don Eusebio, asesinó a don León.