[4][5] Las investigaciones arqueológicas demuestran que la sociedad nicoyana logró alcanzar una compleja organización social y un elevado grado de desarrollo cultural.
Existen hallazgos arqueológicos que confirman la utilización de los cerros y partes altas para rituales funerarios, así como también el litoral costero.
Destacan los metates con efigies zoomorfas vaciadas y los ofrendarios con cabezas de lagarto,[15] que se ha interpretado representan a los volcanes humeantes.
Tres años más tarde, en 1522, Gil González Dávila dirigió la primera expedición española que recorrió el litoral pacífico costarricense.
Los españoles recorrieron varias poblaciones asentadas en la cuenca del río Tempisque, y tras adentrarse en el territorio, llegaron a la ciudad de Nicoya, donde permanecieron diez días luego de constatar el poder y la autoridad del rey Nicoa o Nicoya sobre otras poblaciones circundantes.
El rey Nicoya tenía cinco vasallos o principales, que gobernaban Diriá (cantón de Santa Cruz), Cangén, Paro, Nicopassaya y Nandayora (actual Nandayure).
Corobicí, que abarcaba desde la zona norte del golfo hasta la cordillera de Guanacaste, era tributado por Zapandí, Namiapí, Urusí, Papagayo y Moragua.
[49] Este puesto no era hereditario ni vitalicio, pues el monarca podía ser depuesto por un concejo de ancianos.
El monexico tenía la potestad de elegir y dar muerte al cacique o jefe principal si lo creía conveniente.
Estos ancianos, que debían permanecer solteros y cuya actividad compararon los españoles con los del confesor cristiano,[55] atendían consultas confidencialmente, formulaban recomendaciones a la persona que buscaba su ayuda y asignaban penitencias tales como barrer las plazas u obtener leña para los templos.
[59] Entre los nicoyas no existía pena para el parricidio y el regicidio, porque consideraban que ninguna persona era capaz de cometer tales delitos.
Gracias a los méritos obtenidos en la batalla o en otros aspectos de la vida cultural, un individuo podía tanto ascender como descender en la escala social.
La asignación de la tierra se daba por linajes, los cuales repartían entre los individuos su explotación, por lo que cada célula familiar tendía a la autosuficiencia.
Si un matrimonio no contaba con descendencia o un individuo abandonaba la comunidad, la propiedad de la tierra recaía en los parientes.
[85] Los objetos de metal también fueron utilizados como adornos, pero su obtención parece ser más por intercambio que por manufactura local.
[89] El matrimonio podía disolverse solo en caso de bigamia o adulterio, pero cometer estos actos no implicaba necesariamente la separación de los cónyuges,[89] y no había castigo para el hombre que tomaba una mujer casada y se iba a vivir a otra población.
La prostitución era permitida durante las ceremonias religiosas, en las cuales las mujeres podían tener relaciones sexuales con los hombres que quisiesen o les pagasen.
[57] En lo que se refiera a la esclavitud, los esclavos únicamente podían ser propiedad de los nobles, salvo casos excepcionales.
El idioma principal era la lengua chorotega, una de las lenguas otomangues, hoy extinta, aunque algunos grupos que habitaban el área del actual cantón de Bagaces hablaban el náhuatl, posiblemente nicaraos que se asentaron en esa zona y formaron un bolsón étnico y lingüístico.
El chamán era el curandero, el adivino del futuro, el que controla los fenómenos atmosféricos, maneja lo impuro y guía a los difuntos en su viaje al más allá.
El jaguar, el murciélago, el cocodrilo, la serpiente y algunas aves, como la guacamaya, se consideraban animales sagrados en la tradición religiosa de los nicoyas.
Creían que las personas, los animales y los fenómenos de la naturaleza tenían espíritu, el cual podía ser bueno o peligroso.
La cerámica era indispensable en la vida cotidiana del pueblo nicoyano, y es por eso el elemento más abundante en los yacimientos arqueológicos.
También se manufacturaban pequeñas estatuas de arcilla que representaban seres humanos sentados o animales en postura variadas.
Las sociedades precolombinas en general apreciaron los objetos elaborados en jade y otras piedras verdes como indicadores de poder.
Esta hendidura en V es el componente más significativo de los jades nicoyanos, y se le considera una representación del bifidismo, la acción chamánica por excelencia (transformación, magia, fertilidad).
[127] El material más utilizado por las culturas precolombinas costarricenses en el campo de la escultura lítica fue la andesita, pero también se usó basalto, diorita y otras.
[128] En lo que respecta a su significado, se considera a este metate altamente decorado símbolo separado de cualquier función doméstica, pues aunque se utilizó para la molienda del maíz para su consumo ritual, no fue un objeto de uso cotidiano.
[132] Los nicoyanos realizaban tejidos especialmente de algodón, el cual teñían con tintes vegetales y con púrpura extraída del caracol.
[15] La textilería fue una labor a la que se dedicaron especialmente las mujeres, aunque el hilo para los tejidos era preparado por los hombres.